Un policía y siete reclusos fallecieron durante el megaoperativo Veneratio en la penitenciaría Tacumbú, en Paraguay, con el objetivo de retomar el control de la cárcel más grande del país, según el Gobierno. El presidente de la república, Santiago Peña, señaló que las instalaciones funcionaban como escuela de delito y del crimen.
Veintiocho agentes y dos militares están gravemente heridos y fueron llevados al hospital de policía Rigoberto Caballero. El oficial que perdió la vida fue identificado como Martín Mendoza, de 30 años. Se desconoce el nombre de los prisioneros que murieron.
Los grupos criminales planeaban asaltos desde esta cárcel y coordinaban la distribución de estupefacientes, con la que se envenenaron más de 90 mil jóvenes solo en la capital Asunción y otras partes del país, según el Ejecutivo. «Basta de privilegios, basta de complicidad y descontrol», informó Peña.
La Policía informó que 700 privados de libertad fueron trasladados a unidades militares, donde serán inspeccionadas e identificadas mediante el Sistema de Identificación Automática por Huellas Dactilares (AFIS, en inglés), para luego ser redistribuidos a otras cárceles.
Además, fueron aprehendidas 52 personas e incautaron armas de fuego tipo fusiles, escopetas, revólver, pistolas y municiones de distintos calibres, vainillas servidas y percutidas, explosivos tipo dinamita en gel y de fabricación casera tipo molotov, armas blancas, sustancias estupefacientes y teléfonos celulares.
«El Estado paraguayo no negocia su soberanía ni con delincuentes. Estamos venciendo a las bandas criminales, pero todavía hay mucho por hacer», aseguró el ministro de Justicia, Ángel Barchini.