Verónica Romero de Orellana es una emprendedora de 36 años que reside en la colonia El Rillito, de El Triunfo, Usulután, quien gracias al clima de seguridad pudo poner su negocio de frutas y verduras, así como una tienda en su comunidad.
El negocio comenzó a funcionar en 2021, luego de que la familia pasó por momentos difíciles económicamente debido a la cuarentena por la pandemia por la COVID-19 en 2020 y los estragos que esta causó en 2021.
Verónica, hasta ese año, se había dedicado completamente a las tareas del hogar y a criar a sus tres hijas, mientras que su esposo trabajaba y llevaba el sustento al hogar.
«Yo siempre había querido poner un negocio, pero no sabía de qué y me daba pena porque no sabía vender. Por la situación luego de la pandemia, mi esposo fue despedido y pusimos el puesto para mantener el hogar y a nuestras tres hijas», contó.
La emprendedora relató que su esposo fue un gran apoyo, ya que cuando ella le expresó su deseo de poner afuera de su casa un negocio, él decidió, para comenzar con su emprendimiento, llevarle una caja de tomates, una de cebollas y guineos para vender.
«Los primeros días saqué una mesita a la puerta con la venta y me iba para adentro de la casa. Poco a poco salimos a la calle, hasta que la venta se hizo mucha y él me construyó un banco frente a la casa y ahora estamos iniciando una tienda con artículos de primera necesidad», dijo Verónica.
En la colonia no hay otro puesto de venta de frutas y verduras, por lo que los vecinos tenían que caminar entre 15 y 20 minutos hasta el mercado para abastecerse, y el mismo tiempo para regresar a la casa. Sus vecinos también la han motivado para que fortalezcan el negocio.
Verónica cuenta que en ningún momento sintió miedo por el tema de la delincuencia, ya que con las medidas implementadas por el actual Gobierno del presidente Nayib Bukele sabía que el municipio estaba bastante seguro.
«En ese sentido nos sentimos más seguros por la situación en la que estamos viviendo. Todo ha cambiado. Antes, varios negocios aquí tuvieron que cerrar porque les llegaban a pedir renta, por más pequeño que fuera el negocio», expresó Verónica. El negocio está abierto desde las 6 de la mañana y han llegado a cerrar hasta las 9 de la noche porque aún tienen clientes solicitando comprar sus productos.