El presidente de la república, Nayib Bukele, anunció la habilitación de las citas para aplicarse la tercera dosis de la vacuna contra la COVID-19 para los mayores de 18 años. A eso se suma la puesta en marcha de una nueva modalidad de vacunación, casa por casa; además de los puntos de vacunación móvil y los 166 puestos fijos, que incluye al megacentro del Hospital El Salvador.
El ministro de Salud, Francisco Alabi, tiene como meta inmunizar al 90 % de la población para garantizar la salida de la pandemia. Sin embargo, a pesar de las diferentes posibilidades para acceder a la vacuna (incluyendo tres en la modalidad de autoservicio), todavía hay muchas personas que no la han recibido. Por esa razón, se han implementado los centros de vacunación móviles, que llevan el fármaco contra el coronavirus a más municipios.
También se habilitó la vacunación los fines de semana, para que aquellas personas que no podían acudir por razones laborales tuvieran la oportunidad de protegerse.
La aplicación del fármaco casa por casa tuvo un primer ensayo con las brigadas médicas, que se desplegaron hasta hogares de ancianos y de personas con enfermedades que les impedían la movilidad, sobre todo en sitios de difícil acceso.
Ahora, la vacunación casa por casa se despliega en 14 puntos, con la probabilidad de que se extienda a más lugares, con el firme propósito de alcanzar el 90 % de inmunizados.
El aumento en el ritmo de la vacunación, que ha sido posible gracias a la amplia disponibilidad del fármaco en el país, también debe ir acompañado del cumplimiento de las medidas de prevención. Por tal motivo, autoridades del Gobierno han implementado los controles vehiculares, para garantizar que en el transporte público se evite el hacinamiento y que todos los usuarios utilicen la mascarilla. Ya la Policía Nacional Civil, en coordinación con el Viceministerio de Transporte y el MOP, ha impuesto multas a motoristas de autobuses por incumplir las medidas de bioseguridad.
A escala personal, todos estamos llamados a cumplir las medidas para evitar la propagación de la COVID-19. Es una tarea ardua y titánica, sobre todo porque las variantes del coronavirus la vuelven más contagiosa, por lo que no hay que bajar la guardia.
Si bien es cierto que la vacuna no evita contraer la enfermedad, sí reduce drásticamente las posibilidades de tener síntomas graves y aumenta las posibilidades de sobrevivencia.