El fin de semana se cumplió un año desde que el presidente de la república, Nayib Bukele, puso la primera medida para evitar el ingreso al país de lo que para entonces era una enfermedad exótica, detectada en una región china, que amenazaba con una rápida expansión.
Las disposiciones anunciadas por el mandatario se dieron incluso meses antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la COVID-19 como una pandemia. La semana pasada fue la misma OMS la que felicitó al ministro de Salud, Francisco Alabí, por la excelente respuesta del Gobierno salvadoreño ante la enfermedad, y reconoció las medidas impulsadas por el gobierno de Nayib Bukele como acertadas.
Los protocolos de bioseguridad promovidos por el gobierno han demostrado que salvaron miles de vidas de ciudadanos salvadoreños. La oposición, desde el inicio, intentó bloquear el plan contra la pandemia, calificó las acciones de «alarmistas» y se quejó de que se había golpeado innecesariamente la economía con un cierre tan temprano. El tiempo le ha dado la razón al presidente Bukele; ha demostrado que todas las medidas le permitieron al país enfrentar de mejor manera la pandemia.
La semana pasada, Honduras reportó que ya tenía nuevamente una saturación hospitalaria del 70 %, mientras se disparaban los casos de contagios y las muertes por el coronavirus. Estados Unidos, tras el cambio de gobierno, implementó el requisito de presentar un examen PCR para poder ingresar a su territorio, y a eso le añadió una cuarentena obligatoria.
La construcción y puesta en operaciones del Hospital El Salvador, en cambio, ha permitido que el sistema público nacional no se sature debido a la atención de los pacientes con COVID-19. Su surgimiento, de hecho, fue uno de los reconocimientos que la OMS le hizo al Gobierno.
La consultora ACG Analytics sostiene que el buen desempeño de El Salvador para enfrentar la pandemia le ha valido una mejor evaluación de parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) y facilitará el acceso a fondos frescos en los próximos meses. Además, la buena gestión del gobierno da certeza a los inversionistas internacionales, quienes estarán más dispuestos a apostar por el país.
El buen trabajo rinde frutos no solo por las vidas que se salvaron, sino porque, además, dará un mayor impulso a la economía, a pesar de los tiempos turbulentos de la pandemia. Actualmente, un sistema hospitalario fuerte y el equipo médico preparado son una enorme ventaja competitiva. Es momento de no bajar la guardia y de seguir cumpliendo las medidas de prevención para que El Salvador siga siendo reconocido internacionalmente.
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