El 3 de marzo se conmemoró el Día Mundial de la Vida Silvestre. Para este año, se busca que las naciones potencien su trabajo de preservación en las comunidades que cohabitan con la vida silvestre. En el Complejo Barra de Santiago, ubicado entre Sonsonate y Ahuachapán, las asociaciones comunales han establecido una sinergia de trabajo con el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) para proteger la tortuga marina.
En esta zona hay dos organizaciones comunitarias: una es la Asociación para la Conservación de las Tortugas Marinas de Barra de Santiago (Acotombas), que reúne a 28 tortugueros fundadores y más de 200 participantes de la comunidad, y la otra es la Asociación de Desarrollo Comunal de Mujeres de la Barra de Santiago (AMBAS).

Acotombas funciona desde 2013 y tiene dos corrales de anidación. Uno de los principales logros que han identificado es que la extracción de huevos de tortugas ha reducido considerablemente. «Se ha visto un sólido cambio. Antes no había corrales ni instituciones que apoyaran la incubación de huevos de tortuga, en Barra de Santiago se comercializaban muchos huevos», dijo Víctor Edenilson Olla, presidente de Acotombas.
Otro de los grandes logros es que en el último año ha incrementado el arribo de tortugas juveniles. De acuerdo con datos del MARN, en el último año se reportaron en las playas 50 tortugas golfinas más que el año anterior. Además, en lo que va del año, Acotombas ha incubado 937 tortugas marinas. Eso es un incremento, pues antes en estas fechas se registraban 600 aproximadamente. Además, de junio a diciembre de 2022 incubaron 93,000 huevos y liberaron con éxito 86,780 neonatos, lo que también representa un aumento, pues en años anteriores se reportaban 60,000 huevos incubados.

En la Barra de Santiago anidan tortugas prietas, baules y golfinas. El MARN ha brindado apoyo técnico en los corrales de incubación. Según Celina Dueñas, técnica de vida silvestre del MARN, hay comunidades que logran el 90 % de eclosión porque se manejan bien los nidos. «También los capacitamos para atender tortugas heridas que luego son trasladadas a la clínica del MARN. Aquí, en la Barra de Santiago, prácticamente es la comunidad la que se encarga de recolectar los huevos y los lleva al corral. Se ha registrado la reducción considerable de comercio de huevos. También se están haciendo decomisos. La FGR tiene varios casos abiertos», informó Dueñas.

LORAS Y COCODRILOS
El MARN ejecuta los programas de conservación de loras nuca amarilla, así como de cocodrilos y caimanes. Ambas especies habitan en la Barra de Santiago, donde la población no solo ha aprendido a convivir con ellas, sino que se ha vuelto defensora de estas especies.

Héctor Morán es un habitante que pasó de saquear nidos a ser protector de las loras. Según comentó, cambió de opinión al percibir la disminución de animales silvestres en la zona. «Antes se formaba una cortina de cotorras y fue disminuyendo. Yo pienso que, si protegemos, puede volver a ser igual. Yo soy pescador y ahora no boto una sola bolsa al agua; si llevo mis alimentos, todos los depósitos los regreso a la casa», explicó.

Con el programa de conservación de la lora están vigilando los nidos, han colocado cámaras trampa para detectar si ocurren saqueos y conocer el comportamiento de los animales.

En la preservación de cocodrilos se ha capacitado a siete grupos de la comunidad, y en cada uno hay unas 30 personas. Se les ha informado sobre la importancia de la función ecológica de estos animales. El año pasado liberaron 219 neonatos de cocodrilos, y algunas tareas de fiscalización consisten en la colocación de cámaras para conocer el desplazamiento de los ejemplares y su comportamiento en la fase de reproducción.