El régimen de excepción y la guerra contra las pandillas continúa dando resultados positivos a las autoridades de Seguridad ya que además de haber llevado al país al promedio más bajo de homicidios en décadas, ha logrado desarticular a las estructuras terroristas.
Y como parte de esa lucha contra esos grupos delictivos la Policía y el Ejército han logrado las detenciones de 61,300 pandilleros y colaboradores, dentro de los que hay 900 cabecillas de maras.
Estos cabecillas son los que ordenan homicidios por zonas o comandan las clicas que, entre otras funciones criminales, se encargaban de administrar las extorsiones o traficar con drogas.
Tras detallar las capturas, durante el régimen de excepción, de esos 900 cabecillas, el ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro ha expresado que «estamos golpeando fuertemente a estas estructuras terroristas».
«Hemos impactado sus finanzas, armamento, cabecillas y “sillas” que tenían sometida a nuestra gente. No descansaremos hasta verlos condenados por todos los crímenes que han cometido en las últimas dos décadas», afirmó el funcionario a través de su cuenta de Twitter.
Las “sillas” a las que se refiere el ministro son los 15 jefes a escala nacional de la pandilla MS, y hasta el 31 de diciembre ya han sido capturados 10 de ellos.
El último de los jefes de la «ranfla nacional» de la MS en ser capturado fue Eduardo Pérez, alias “Scooby”, sobre quien pesaba una orden de captura desde 2009 por delitos de homicidio y agrupaciones terroristas.
Pérez huyó a Guatemala en octubre del año pasado y fue localizado por agentes del Centro Antipandillas Transnacional y de la subdirección de Investigación Criminal de Guatemala, cuando acudió a un hospital en el vecino país.
Según el ministro, el Scooby, es uno de los responsables del alza de homicidios de marzo de 2022 cuando fueron asesinadas más de 80 personas en un solo fin de semana.
Además de los 900 cabecillas y los 10 jefes nacionales de la MS, las autoridades han decomisado 14,557 teléfonos celulares, 2,066 armas de fue que están siendo analizadas para determinar en qué asesinatos fueron utilizadas; y han decomisado 1.5 millones de dólares en efectivo, dinero que según las autoridades proviene de la venta de drogas y de las extorsiones.
Otro de los impactos a la economía de las pandillas ha sido la incautación de 2,607 vehículos, entre los que hay microbuses, carros, pickups y mototaxis que las estructuras, muchos de los cuales eran utilizados como transporte privado de pasajeros.