Belice y Panamá son los países de América Central que registran la más alta incidencia de casos de la COVID-19, y la variante ómicron ha hecho que toda la región de las Américas vea complicaciones en sus servicios de Salud, de acuerdo con el recuento de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Esta mutación del Sars-CoV2 es más contagiosa que delta, y aunque es menos grave, no debe considerarse como una simple gripe y bajar la guardia, ya que aún hay muchas personas en América Latina y el Caribe sin un esquema de vacunación completo. Ómicron tiene la capacidad de infección hasta tres veces de la observada con delta, que hasta diciembre era la variante más contagiosa porque tiene mayor capacidad de evadir la respuesta inmune de personas vacunadas o previamente infectadas con la COVID19, explicaron la semana pasada expertos de la OPS.
Diecisiete países y territorios han notificado a la organización sobre aumentos mayores al 50 % en hospitales y terapias intensivas en comparación con la semana anterior, con un nivel más alto en América Central, y en el Caribe la capacidad hospitalaria ya estaba limitada.
«También nos preocupa que haya aumentos de hospitalizaciones en países con una baja cobertura de vacunación completa. La incidencia también ha sido dificil para nuestros profesionales sanitarios, han trabajado de manera incansable por dos años y muchos de ellos se enfermaron y demasiados ya murieron, sufrieron agotamiento», destacó la directora de la OPS, Carissa Etienne.
Agregó que hay un 22 % de trabajadores de la salud con cuadros de depresión en América Latina y el Caribe, y que necesitan todo el apoyo de la población ante la lucha contra la pandemia. «Ellos nos protegen y debemos ayudar a protegerlos. Todos juntos debemos trabajar para reducir el contagio de la variante ómicron y todas las variantes, debemos hacerlo garantizando la vacunación alta», acotó Etienne.
Según datos oficiales, el 1.º de enero se habían registrado 3.4 millones de casos positivos. Siete días después, el 8 de enero, había 6.1 millones de positivos en toda la región.
La especialista explicó que en Bolivia, Perú, Ecuador y Brasil también hay un aumento acelerado de casos de la COVID-19, al igual que hospitalizaciones.
En Argentina y Paraguay, las infecciones aumentaron en cerca del 300 % durante la última semana.
«Los países ya están sufriendo el contagio comunitario, dado que ómicron se esparce más rápidamente que otras variantes detectadas», agregó Etienne, asegurando que «está en camino de convertirse en la cepa dominante de nuestra región».
Esta situación ha provocado un aumento de nuevas infecciones, incluso en aquellos que tienen la pauta completa de vacunación contra el coronavirus.
«Esta nueva ola de infecciones no será moderada para nuestro sistema sanitario, dado que la variante ómicron ya está creando dificultades para nuestra fuerza laboral en temas de la salud y también está limitando la atención de otras enfermedades», advirtió.
A pesar de que esta nueva cepa parece presentar «síntomas menos graves», Etienne recalcó que «las infecciones pueden ser letales, en especial para las personas que tienen inmunosupresión y los no vacunados».