Señalado por sus fallas ante la pandemia por la COVID-19, una subida histórica en la inflación, un Congreso en manos demócratas, pero estancado con sus proyectos de ley, y un intento sin éxito de lograr una reforma electoral en el Senado, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dio cuentas de su primer año al frente de la Casa Blanca.
Con un liderazgo que no termina de convencer, y siendo el presidente que menos conferencias ha ofrecido en la historia reciente, Biden se resguardó respondiendo que ha liderado su administración mejor de lo que pensaban y que no ha logrado que «sus amigos republicanos ayuden a mejorar este país».
«No estoy pidiendo castillos en el aire, sino cosas que el pueblo estadounidense viene pidiendo desde hace tiempo», reaccionó el presidente sobre el estancamiento de los proyectos en el Legislativo.
Y aunque Biden aseguró que el país está más unido que cuando llegó al cargo hace un año, reconoció que «ni de lejos está tan unificado como debería estarlo».
Sobre su creciente impopularidad y el peligro en el que esta ha puesto al control que el Partido Demócrata tiene en Washington, el presidente respondió cortante: «Yo no le creo a las encuestas». «¿Pueden pensar en otro presidente que haya hecho tanto como yo en un año? Ustedes siempre hablan de cómo no ha cambiado nada», añadió.
El mandatario también fue cuestionado por la confrontación con Rusia por las pruebas de misiles de Ucrania y Corea del Norte hasta la inflación estadounidense y lo que él llama una amenaza a la democracia por parte de su predecesor Donald Trump.
El presidente demócrata recalcó que «no es hora de rendirse» al referirse a las conversaciones con Irán para revivir el acuerdo nuclear de 2015. «Se están haciendo algunos progresos», dijo.
En el tema de lucha contra la inflación, Biden advirtió que requerirá un esfuerzo «a largo plazo», y atribuyó la vertiginosa suba de precios a los problemas en las cadenas de suministro provocados por la pandemia.
Llevar a un nivel razonable la inflación, actualmente en su nivel más alto en casi 40 años, «será difícil», insistió en la conferencia de prensa. «Hasta entonces será doloroso para mucha gente», previó.
Sobre la tensión en la frontera ucraniana, Biden también anticipó que Rusia pagaría un alto precio si decidiera invadir a Ucrania, incluyendo un elevado costo humano y un profundo daño a su economía.
«Va a ser un desastre para Rusia», dijo Biden, y agregó que los rusos podrían finalmente prevalecer, pero que sus pérdidas «van a ser grandes».
Por otra parte, anunció que la vicepresidenta Kamala Harris volverá a ser su compañera de fórmula en 2024. También dijo confiar en que el Congreso aprobará «grandes porciones» de su estancado proyecto de ley de gasto social.
Ese proyecto está estancado en el legislativo, pues genera división dentro del oficialista Partido Demócrata.
Asimismo, dijo aún tener esperanza de que el Senado apruebe nuevas leyes sobre el derecho al sufragio, las que a priori parecen condenadas al fracaso.