Uno de cada cinco niños aprenderá a hablar o a usar palabras más tarde que otros niños de su edad. Algunos niños también muestran problemas de comportamiento porque se frustran cuando no pueden expresar lo que necesitan o quieren
De acuerdo con la terapeuta de lenguaje, Tatiana Marroquín, los problemas en el habla de los niños se pueden detectar cuando tienen problemas con algunos sonidos, palabras y oraciones mientras están aprendiendo.
«Este desfase engloba aspectos como la ausencia del lenguaje, la aparición tardía del mismo o patrones lingüísticos inferiores a su edad», señaló.
Algunas de las causas del por qué puede haber un desfase en el desarrollo del habla son los problemas auditivos, falta de estímulos a temprana edad, demasiado dispositivos electrónicos y problemas funcionales del aparato fonoarticulador en relación con los tipos de fonema.
La especialista detalló que no hay una edad específica para que un niño puede presentar problemas del habla, solo que debe identificarse, sobre todo tratarse lo más rápido posible.
«Cuando se descubre que hay un problema con el desfase, es mejor abordar cuando es pequeño. Si se deja pasar el tiempo y el niño tiene dificultad en su lenguaje el desfase se va haciendo mayor. Ya hay muchos estudios sobre la eficacia de la intervención temprana», dijo.
Se puede evitar que los niños desarrollen un desfase en el lenguaje con el estímulo de los padres o cuidadores.
«La intervención temprana es lo más importante para ayudar a alcanzar su nivel lingüístico y evitar futuros problemas. El tiempo de calidad al jugar con los niños permite notar su desarrollo y si hay desfasé», señaló.
Si tiene un pequeño en casa y este presenta algún problema con el habla se debe describir la acción que realiza. Por ejemplo, si el niño lleva al adulto a algún lugar sin decir una palabra. Entonces, el adulto debe decirle verbalmente qué quiere.
«Siempre se debe de verbalizar cuando el niño lleve algo o algún lugar, aunque no imite ese modelo se queda cognitivamente. Como adultos siempre debemos de preguntar ¿a dónde me llevas? Ah, vamos a la cocina. ¿Tienes hambre? Sí, mamá tengo hambre. Hay que dar opciones para que pueda elegir lo que quiera. Probablemente solo tome sin decir nada, pero el adulto siempre debe de verbaliza», agregó Marroquín.
El lenguaje es algo que inicia desde temprana edad y si hay problemas en esta etapa puede afectar el aprendizaje cuando el niño asista al centro educativo.
«El habla sí afecta en el aprendizaje de la escuela. Se han realizado estudios dónde se ha encontrado que los niños que tuvieron un desfase en el lenguaje pueden tener un desfase en el aprendizaje como aprender a leer y escribir, comprender las operaciones matemáticas sumas, restas», dijo.
Añadió que «inclusive los problemas de articulación con determinadas letras no las emite a la hora de escribir, así como las dice, así las va a escribir».
Marroquín hace un llamado a los padres para estimular a sus hijos en el habla, aquí se puede aplicar lo de jugando se aprende. Las dinámicas deben tener características de observación, imitar gestos, acciones y palabras.
«Otra idea es seleccionar juegos y así tendrás palabras que usar, de preferencia de una o dos sílabas, y que sean de uso común. Por ejemplo, papá, pan, mamá, oso, gato, mono, agua. Se debe enfatizar en las sílabas acentuadas de las palabras para que ubique los sonidos y sea más fácil la imitación», acentuó.
Uno de los juegos que puede ayudar se relaciona con los utensilios de cocina, mostrando cada uno se menciona su nombre.
Si deseas asesoría sobre las terapias de lenguaje puedes contactar la especialista al 7729-6911.
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CÓMO SUPERAR PROBLEMAS DE LENGUAJE
Ejercicios de silencio: Se debe de estar en una habitación silenciosa y realizar algún sonido, de manera que la persona pueda detectarlo, para luego preguntarle qué sonido escuchó. No solo se ayuda a mejorar el lenguaje, sino también puede ayudarle a distinguir los sonidos.
Ejercicios con la lengua: Son diversos movimientos, ideales para los trastornos del lenguaje en los que se ve afectada la articulación de algunos fonemas. Pueden realizar giros con la lengua en todas las direcciones, estirar la lengua, llevarla al paladar superior, comer goma de mascar y tocar todos los dientes con la punta de la lengua.
Ejercicios respiratorios: Son muy simples y repetitivos, e incorporan sonidos. Se pueden realizar inhalaciones y exhalaciones nasales y bucales, reteniendo el aire. También retener progresivamente el aire dentro de la boca, la nariz o mejillas. Además, puedes incluir inspiraciones rápidas, lentas o profundas, dejando salir el aire rápidamente.
Soplar bolitas de papel: En pajillas se colocan bolitas de papel para soplarlas. También se puede soplar burbujas de jabón o apagar velas con soplidos.
Pronunciar vocales: Para realizar la pronunciación el niño debe inhalar lentamente por la nariz, retener el aire y luego exhalar lentamente mencionando las cinco vocales.
Ejercicio de ritmo: Para realizarlo se pueden dar pequeños golpes a una mesa o tambor, y luego pedirle al niño que imite los sonidos con la voz. Así podrá adaptarse al ritmo.
Jugar con sílabas: Deberá articular sílabas usando alguna consonante de manera repetida, por ejemplo: con la letra “p”, articulará la sílaba pa, y luego debe cambiar las vocales. Cada vez que lo realice, ejercitará el ritmo y la articulación, mejorando los problemas del lenguaje.
Articular frases: En este caso pueden utilizarse frases completas, poesías, trabalenguas o cuentos cortos. De esta manera se repetirán las sílabas y frases hasta articular de manera correcta las mismas.
Ejercicios faciales: Inflar las mejillas, retener el aire algunos segundos y y desinflarlas. También retener aire alternando las mejillas, primero el lado izquierdo y luego inflar la derecha.