Contrario a los tiempos de tranquilidad que viven los salvadoreños gracias a la exitosa estrategia de seguridad del presidente Nayib Bukele, los costarricenses viven tiempos de inseguridad y una escalada de violencia homicida ya que el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) registra 203 homicidios, a tres días para cerrar el primer trimestre de este 2023.
La estadística de asesinatos en Costa Rica, entre el 1 de enero al 28 de marzo de este año, dista mucho de las 36 muertes violentas que registra la Policía Nacional Civil (PNC) en El Salvador.
De acuerdo con el OIJ en lo que va del año se reportan 49 homicidios más con respecto al mismo periodo en 2022 cuando ocurrieron 154. El reporte oficial de muertes a causa de la violencia del 2022 fue el más alto de la historia del país: una cifra 66,5% mayor que la del 2012, para una tasa récord de 12,6 por cada 100,000 habitantes, mientras los registros del 2023 ya lo superan en un 30 %.
A la luz de esos datos se deduce que el Plan Control Territorial (PCT) y el combate frontal a las pandillas ha generado buenos resultados en El Salvador pues el año pasado a la misma fecha se totalizaron 307 crímenes violentos versus los 36 de este año cuando recién se cumplió un año de implementado el régimen de excepción, la medida legal con la que la administración Bukele erradica a las diferentes estructuras terroristas.
Recientemente, el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Gustavo Villatoro, explicó que «el Régimen de Excepción es el Estado recuperando el territorio, es el Estado recuperando la tutela y vigilancia de nuestra población».
«La tasa de homicidios se calcula sobre 12 meses, en 12 meses de Régimen de Excepción tenemos una tasa de 3.6 por cada 100,000 habitantes y veníamos de una tasa de más de 106 en el año 2015», declaró Villatoro. La última encuesta de la consultora CID Gallup reveló que solo 1 % de la población cita la violencia y crimen como principal problema del país.