El Salvador se aproxima a dar un paso histórico en materia de procesos electorales, ya que en 2024 garantizará que más de 3.5 millones de compatriotas radicados en el extranjero sean partícipes de cuatro elecciones diferentes por medio del sufragio electrónico de forma remota o presencial.
La oposición política, que durante años negó ese derecho a la diáspora, ahora alega la posibilidad de fraude en el nuevo mecanismo de votación en el exterior, pero los analistas Carlos Acevedo y Julio Osegueda consideran que las posibilidades de que eso ocurra no son viables, ya que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) es un organismo auditable y verificable sobre el trabajo que ejecuta.
Osegueda explicó que el TSE tendrá la tarea de contratar un sistema de procesamiento de datos que permita garantizar durante todo el proceso la secretividad y la seguridad del sufragio en el extranjero.
A su vez, el sistema deberá tener la capacidad de establecer la trazabilidad y auditabilidad de los votos electrónicos que se reciban desde cualquier parte del mundo.
«Al TSE se le puede auditar y verificar todo el trabajo que haga, ya sea por las instituciones salvadoreñas o por cualquiera en los países en que un salvadoreño emita el voto», expuso Osegueda en la entrevista Pulso Ciudadano.
«Se pasará de un sistema empírico a uno moderno. El voto electrónico es perfectamente auditable», añadió.
Por su parte, Acevedo consideró en la misma entrevista que el hecho de que la diáspora podrá votar en 2024 es un paso histórico, ya que se hará valer un derecho establecido por mandato constitucional.
«Esta es una deuda histórica de larga data con nuestra gente que está en el exterior. El Salvador tiene una de las diásporas más grandes del mundo», mencionó Acevedo, expresidente del Banco Central de Reserva (BCR).
Ambos analistas reiteraron que el TSE debe ser transparente, ya que magistraturas anteriores sentaron precedentes oscuros sobre entorpecimiento en procesos electorales, incluyendo el intento de bloqueo a la candidatura del presidente Nayib Bukele, en 2019.
«Si el Tribunal Supremo Electoral no está a la altura de este reto y empieza a empañarse el proceso en ese tipo de situaciones, la legitimidad de las elecciones puede verse perjudicada», fue el mensaje de Acevedo.
Destacó que, de los 3.5 millones de salvadoreños en el extranjero, la gran mayoría se encuentra en Estados Unidos, por lo que el tribunal electoral no necesitará instalar centros de votación en muchas naciones.
Datos de ese organismo colegiado y del Ministerio de Relaciones Exteriores indican que la diáspora salvadoreña está repartida en 41 naciones de los cinco continentes del mundo.
La Asamblea Legislativa definió que los salvadoreños radicados en el extranjero podrán votar vía electrónica, ya sea desde el sitio o la aplicación web que habilite el TSE o acudir de forma presencial a cada centro de votación que se establezca para los eventos electorales del 4 de febrero y 3 de marzo de 2024.
El analista Jorge Villacorta señaló en otra entrevista que políticamente no existe la necesidad del cometimiento de un fraude electoral, ya que, según encuestas de opinión, hay una inclinación del electorado a apoyar al partido Nuevas Ideas.
«¿Necesitará Nuevas Ideas fraude con esos porcentajes que tiene? No tiene sentido estar hablando de un posible fraude electoral, porque pareciera ser que lo tienen ya ganado», expuso el exdiputado en el espacio de entrevista Debate TCS, y destacó que la buena imagen que tiene el presidente Nayib Bukele incide positivamente en el electorado hacia las candidaturas de Nuevas Ideas para alcaldes y diputados.
En 2024, El Salvador elegirá al presidente y vicepresidente de la república, a 84 diputados de la Asamblea Legislativa, a 20 diputados del Parlamento Centroamericano y a 262 concejos municipales plurales.