Hace siete años 585 salvadoreños fueron asesinados [sólo en diciembre] durante el segundo gobierno corrupto del partido FMLN bajo la gestión del prófugo Salvador Sánchez Cerén; según datos policiales, el 2015 es el año más sangriento en la historia de El Salvador con registros de muertes violentas que promediaron 18.8 al día.
Al cierre de ese mismo año, cuando la violencia homicida se volvió imparable quedó en evidencia el fracaso de los planes de seguridad del gobierno de turno, en tanto que la población lloraba la muerte violenta de padres de familia, hijos, abuelos, hermanos, tíos y sobrinos a manos de las pandillas.
Contrario a lo que sucedió aquel año sangriento, diciembre de 2022 cerró como el más seguro de la última década en El Salvador con tan solo 14 homicidios, es decir, 571 menos a los registrados en 2015.
El ministro de Defensa, René Francis Merino Monroy, destacó este resultado cuando junto al ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, y el director general de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Arriaza Chicas, se presentaron a la Asamblea Legislativa a solicitar nueva prórroga del régimen de excepción.
«Ahora la población ya no está sometida a los grupos de pandillas», aseguró el jefe militar.
El ministro Villatoro afirmó que los planes de seguridad han demostrado la efectividad para combatir a los grupos terroristas. Para tener una idea en qué momento se encuentra El Salvador en cuanto a violencia homicida vale mencionar que ni sumados todos los homicidios registrados durante el 2022 -fueron 495- se supera la racha de asesinatos registrados solo en diciembre de 2015 que cerró con 585.