Carlos Antonio Martínez, de 55 años, conocido cariñosamente como don Carlitos, lleva una vida entera trabajando en el cultivo de distintos tubérculos, hortalizas y árboles frutales, como de mandarina, naranja, mamey, entre otros.
Este agricultor se ha desempeñado desde los 14 años en la cordillera Cacahuatique, zona limítrofe entre los municipios Delicias de Concepción y Osicala, Morazán, en donde se ha convertido en un gran conocedor de la agricultura.
Pese a su trayectoria y experiencia en esta labor, cuenta que en varias ocasiones «se ve en apuros», ya que se le dificulta llevar el producto hasta el casco urbano de Osicala, debido a que no hay calle, por lo que debe cargar la mercadería en la espalda.
«Desde hace días le venimos pidiendo al alcalde que haga la calle para que pueda ingresar vehículos y poder traer la fruta hasta Osicala, pero nada, y eso es lo que más se me dificulta porque por años hemos tenido que traerla en la espalda», dijo Martínez. Añadió que uno de sus pasatiempos es cultivar cacao, por lo que, a pesar de las limitaciones que enfrenta día a día, nunca ha pensado en buscar nuevos caminos u oportunidades laborales.
«Yo voy a morir en esto [de la agricultura]. Mis papás me enseñaron desde que tenía 14 años a trabajar las tierras. Yo les enseñé a mis hijos y de esto hemos sobrevivido siempre y siempre voy a cultivar porque es lo que a mí me gusta», comentó el agricultor.
Asimismo, aseguró en sus terrenos ha sembrado más de 200 árboles de mandarina, los cuales dan fruto en verano y es muy vendida en Morazán y San Miguel.