El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Gustavo Villatoro, se reunió con su homóloga del Gobierno argentino, Patricia Bullrich, con quien conversó para discutir estrategias efectivas en la lucha contra el narcotráfico y las mafias.
Bullrich es parte del gabinete de Javier Milei, que ayer juramentó como nuevo presidente de Argentina, luego de derrotar a los políticos tradicionales que por décadas se habían entronizado en el poder en su país, sobre todo el movimiento peronista, de izquierda, responsable de que esa gran nación termine el año con una inflación cercana al 200 %.
El ministro Villatoro aseguró en redes sociales que durante esa reunión compartió con la ministra Bullrich las estrategias en contra de la criminalidad. Y para nadie es un secreto que el modelo del presidente Nayib Bukele tiene muchos seguidores entre otros gobiernos, incluyendo la nueva administración de Argentina, que ha visto cómo bandas criminales tomaban el control de amplias zonas del país y cómo la inacción de las autoridades salientes permitió que el fenómeno creciera.
Con la llegada de los delincuentes, las tasas de homicidio se han disparado en Argentina, lo que llevó a Bullrich a ofrecer durante la campaña presidencial la construcción de una megacárcel, inspirada en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), donde el Gobierno del presidente Bukele ha enviado a prisión a decenas de miles de pandilleros.
Los éxitos en materia de seguridad del presidente Bukele han convertido a El Salvador en un ejemplo para el mundo. En menos de cuatro años de Gobierno, el presidente Bukele transformó el país que era una de las naciones más violentas del mundo a la más segura del hemisferio.
El haber conquistado en este tiempo 500 días sin homicidios es un hecho que despierta la admiración y el interés por implementar las medidas que permitieron al país erradicar de esa forma los asesinatos.
El Salvador, con el presidente Bukele, implementó un plan integral para perseguir sin cuartel a los delincuentes, en coordinación con el Órgano Judicial, la PNC y la Fiscalía para robustecer la investigación y la presentación de pruebas, eliminar la corrupción en los tribunales con los jueces nombrados por los viejos políticos que negociaban con los criminales.
Además de las leyes que protegen a los agentes de seguridad ante el uso justificado de la fuerza, también se estableció el régimen de excepción con medidas extraordinarias para golpear a las maras, y se implementó una serie de medidas para fomentar la educación y las actividades culturales.