La apuesta por el deporte para con los niños y jóvenes, la organización de las comunidades, y el trabajo articulado entre las autoridades municipales, Policía, el Juzgado y los centros escolares ha sido clave para que el municipio de El Carrizal, en Chalatenango no reporte ningún homicidio desde hace 15 años.
De acuerdo con el censo municipal, en la localidad habitan 3,500 personas distribuidas en cuatro cantones y 18 caseríos.
Johana Castro, de 29 años, vende frutas, verduras y antojitos típicos a un costado del pequeño parque de la localidad. La acompaña su hijo y otros niños, quienes pausan sus tareas escolares para corretear en la calle principal, que a plenas 11:00 de la mañana está vacía, silencio y hace juego con la tranquilidad que conlleva el vivir en uno de los municipios más seguros de El Salvador.
Castro pela yucas mientras relata «lo bonito» que es vivir en un pueblo sin pandillas y que desde hace muchos años no se escucha de asesinatos. La comerciante agrega que en la localidad los habitantes pueden salir a la hora que deseen sin temor a ser asaltados o sufrir otro tipo de agresiones. Cuenta que los jóvenes pueden vestir como ellos gusten y nadie los amenaza por lo que usan.
En El Carrizal, tanto lugareños como visitantes pueden recorrer todos los barrios y cantones sin preocupación de ser intervenidos por grupos delictivos por andar «en territorio contrario». No los hay.
«Yo me siento feliz porque aquí todos salimos con tranquilidad porque no tenemos ese problema de las pandillas, también la Policía realiza patrullajes en todo el pueblo y eso a uno le genera más confianza», manifiesta Castro.
Comunidades organizadas
La comerciante cuenta que la organización de la comunidad juega un papel importante para que las pandillas no hayan encontrado en su municipio un lugar para reproducirse y «dañar» la tranquilidad en la que se desenvuelven. Recuerda que hace años, tanto en el casco urbano como en los cantones se organizaron para realizar rondas por si algún desconocido quería ingresar a la comunidad y asentarse.
«Si veían a un desconocido o con facha de marero o persona mal intencionada recuerdo que este grupo se le acercaba para preguntarle qué hacía en el municipio, se le acercaban no con el objetivo de hacerle daño sino para saber el motivo de su presencia», cuenta Johana.
Tulio Ernesto Casco, el alcalde detalla que las «buenas» cifras de asesinatos se debe al trabajo preventivo que durante más de 15 años han realizado con los niños y jóvenes; a través de los diferentes proyectos deportivos, mejora y construcción de canchas, iniciativas de emprendimientos, talleres de arte y música.
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«Tenemos 15 años de estar en la alcaldía. Mejoramos las condiciones de las canchas de fútbol, hemos construido cuatro canchas de grama sintética, torneos de fútbol, algunas iniciativas de trabajo incluimos a los jóvenes para que no se involucren en la violencia y eso nos ha dado excelentes resultados», asegura el edil.
Casco al igual que la comerciante atribuyen la erradicación de la violencia a que las comunidades están organizadas y están pendientes del comportamiento de las personas ajenas al municipio. «No tenemos problemas de que otras personas quieran venir a vivir al municipio, pero no admitimos que venga a querer a formar grupos para delinquir», dice.
La Policía se ha ganado la confianza de los jóvenes y de la comunidad
El jefe de la delegación policial de El Carrizal, Alberto Salazar informa que para mantener la tranquilidad trabajan con los niños y jóvenes, también sostienen reuniones semanales con los habitantes donde exponen las problemáticas.
Para el jefe policial eso ha permitido que la comunidad les tome confianza y trabajen de mejor manera. En cuanto a los jóvenes, detalla que, antes de la pandemia de la COVID-19, les brindaban charlas preventivas, organizaban torneos deportivos y otras actividades.
El sargento manifiesta que la educación que los jóvenes reciben de sus padres ayuda a que los muchachos no sean víctimas de las pandillas. Además, la mayoría de los jóvenes se dedica a los trabajos agrícolas cuando finalizan los ciclos escolares, por lo cual no tienen oportunidad para perder el tiempo.