Un grupo de mujeres indígenas waorani advierte con un canto de guerra que impedirá que ambientalistas ingresen a un estratégico bloque petrolero ubicado en la Amazonia de Ecuador, cuya producción podría suspenderse mediante un referendo previsto para agosto.
«No vamos a permitir que los ‘kowori’ (extraños) como Yasunidos entren» al bloque 43, dice el dirigente waorani Felipe Ima, quien hace de traductor del cántico en lengua nativa wao terere entonado por siete mujeres de una comunidad que respalda la actividad petrolera en la zona.

Ese bloque agrupa a los campos Ishpingo, Tambococha y Tiputini (ITT) y es la manzana de la discordia desde que en mayo la Corte Constitucional dio paso a un pedido de la agrupación ambientalista Yasunidos planteado hace diez años para decidir, en consulta popular, si se deja allí el crudo bajo tierra de forma indefinida.
Escoltadas por un guerrero con lanza en mano, las mujeres tomadas de las manos también danzan semidesnudas y con coronas de plumas en la puerta hacia la plataforma Ishpingo A.

Hacen un «llamado a autoridades a que se haga la consulta, pero a los dueños» de la tierra como los waorani y no a los que «ni siquiera son del territorio», enfatiza Ima.
En ese sitio, rodeado de un verde tupido, se levanta una de las doce plataformas de pozos del ITT que actualmente aporta 57,000 barriles por día (bd) a la producción total de Ecuador, de 464,000 bd entre enero y abril.
La Constitución reconoce que los pueblos originarios «tienen la propiedad colectiva de la tierra, como una forma ancestral de organización territorial», pero mantiene la potestad del Estado sobre el subsuelo.