De acuerdo con artículo de The Washington Post el rublo y el sistema bancario de Rusia muestran signos de recuperación, de forma gradual, luego golpe inicial de las sanciones y detalla que esto es posible porque Moscú depende de las exportaciones de energía y los controles de divisas para proteger en parte la economía de la nación.
Según especialistas en economía, el sistema bancario se está estabilizando en Rusia a medida que disminuyen los retiros de clientes en pánico. De igual forma, se debe a un factor muy importante que todavía funciona a favor de Rusia: las fuertes exportaciones de petróleo y gas que traen una avalancha de divisas al país.
«Creo que la señal clave es que, por ahora, parece que el Banco de Rusia logró evitar una profunda crisis financiera», expresó Elina Ribakova, economista jefe adjunta del Instituto de Finanzas Internacionales, una asociación de bancos y compañías financieras.
«Nos preocupaba que las corridas bancarias como resultado de las sanciones pudieran derribar algunos de los bancos [estatales] más sistémicos. Parece que no ha sucedido», pronunció.
Cabe mencionar que en los días posteriores al comienzo de la invasión de Rusia, el pasado 24 de febrero, el rublo cayó de alrededor de 80 por dólar a un mínimo de 120 por dólar, y en la actualidad ha vuelto a subir a 84, según la tasa oficial del banco central.
De igual forma, cientos de corporaciones occidentales han dejado de operar en Rusia, privando al país de bienes de consumo y miles de puestos de trabajo. Decenas de miles de jóvenes profesionales han huido del país por oposición a la guerra o por miedo a las sanciones, de acuerdo con el artículo de The Washington Post.
Asimismo, una de las sanciones más duras impuestas por Estados Unidos y sus aliados fue el congelamiento de las reservas de divisas del banco central ruso. Eso fue diseñado para evitar que Rusia use su reserva de dólares y euros para comprar rublos para apuntalar el valor del rublo.
Sin embargo, Rusia encontró una forma para evitar ese castigo: el banco central a fines de febrero comenzó a exigir a las empresas exportadoras que cambiaran el 80 por ciento de sus ingresos en moneda fuerte por rublos, creando una nueva demanda de la moneda rusa.