Con la excusa de que Centros Penales «no le ha pagado», Gustavo Hándal Suárez, sobrino del exdiputado Schafik Hándal, del FMLN, ha acumulado una deuda de $88,194 con la Comercializadora de Productos Múltiples, cuyos representantes legales, tras esperar más de un año para que se saldara esa deuda, optaron por denunciarlo ante la Fiscalía General de la República.
Hándal Suárez es el representante de Inversiones El Panda, S. A. de C. V., empresa domiciliada en Usulután, según el Centro Nacional de Registros, y es contratista de la Dirección General de Centros Penales (DGCP), a la que le provee avena en hojuelas y leche en polvo, alimentos importados por la Comercializadora de Productos Múltiples (Copromul).
La relación comercial entre Hándal Suárez y Copromul inició a finales de 2017 y se «regularizó» en 2018, cuando, por medio de licitaciones, Inversiones El Panda ofertó esos productos alimenticios incorporados a la dieta de los más de 36,000 reos dispersos desde el penal de Gotera, en Morazán, hasta la Granja Penitenciaria de Santa Ana.
Según José Carlos Barrientos, abogado que representa a los denunciantes, la relación marchó con normalidad en 2018, con los términos del plazo del crédito a 30 o 45 días, pero todo dentro de una lógica comercial en la que se involucra a una institución del Estado, donde los pagos son posteriores y pueden tener una demora «entendible y razonable».
En ese afán, Copromul le siguió surtiendo avena especial en hojuelas y leche al negocio del denunciado.
Barrientos asegura que la logística de la entrega fue que el proveedor llegaba a recoger la mercadería a las oficinas de Copromul, en San Salvador; así sucedió en el 95 % de las ventas y solo el 5 % de las entregas fue hecho por la importadora en las instalaciones de El Panda, en Usulután.
Pero las cosas cambiaron en 2019, específicamente con las entregas de productos el 17 de abril, cuando El Panda solo pagó $9,150.49 y quedó un saldo de $628. Ahí fue cuando inició la deuda.
Copromul hizo otras dos entregas de productos, por $7,192 y por $3,999, facturas a las que el denunciado ya no abonó ni un centavo, y fue cuando los importadores optaron por verificar qué pasaba.
EL ENGAÑO
Según el abogado denunciante, Hándal comenzó a presionar e inventar justificaciones para engañar a la sociedad. Barrientos asegura que Hándal se valió de la «buena fe» de los importadores para expresarles «que no le habían pagado», y que a ello se debía el retraso, pero también para decirles «que la Dirección General de Centros Penales no podía quedarse sin productos».
A pesar de ello, la empresa Copromul le siguió entregando productos en otras 12 ocasiones, hasta sumar $107,137, para lo cual Hándal solo le hizo otros dos abonos por $9,791. Estos pagos fueron entre el 13 y el 20 de junio de 2019, fecha de la última entrega, cuando Copromul decidió poner alto a las transacciones para no arriesgar su capital. Para entonces, el saldo de la deuda era de $88,194, según lo denunciado por Copromul ante la Fiscalía en enero de 2020.
Los cobros a Hándal fueron de manera directa, como también las excusas de él de que Centros Penales no le había pagado, algo que los importadores desvirtuaron y que se confirma en un informe rendido por esa institución.
En el documento firmado por la coordinadora del Fondo Único de Tiendas Institucionales de la DGCP se establece que «el saldo de lo comprado en concepto de productos avena y leche a la empresa Inversiones El Panda, S. A. de C. V., durante 2019 asciende a un monto de $100,916.50, el cual fue completamente saldado por Centros Penales».
Además, para 2020, a lo largo de la pandemia, El Panda le vendió a Centros Penales «avena y leche», «leche», «avena especial» y «leche IRA 26» por un valor de $599,715.55. La DGCP detalla que «el saldo de la cuenta por pagar con la empresa Inversiones El Panda, S. A. de C. V.» era de $42,933.75 hasta el 9 de octubre de 2020.
El abogado Barrientos asegura que eso comprueba que Hándal mintió y se valió del engaño para afectar a Copromul, ya que Centros Penales nunca le dejó de pagar y, por el contrario, le compró en 2020 más de medio millón de dólares, aunque el denunciado adquirió este nuevo lote de productos a otros importadores.
«Diario El Salvador» buscó a Hándal, quien contestó la llamada pero luego optó por evadir una entrevista al respecto.