La ciudad de Apastepeque, en el departamento de San Vicente, ha mantenido una tradición de generaciones: los Historiantes, una batalla histórica donde se enfrentan los musulmanes (llamados moros) y cristianos, estos últimos defensores de España y su intención de reconquistar territorios perdidos en el continente ibérico.
Si bien este enfrentamiento adquiere un contexto diferente en El Salvador, las representaciones siempre aluden al tema de la guerra y con el paso del tiempo se ha sumado un ambiente musical dominado por pitos y tambores.
«Por más de cien años nuestro pueblo ha mantenido esta tradición, la cual sido heredada en algunos casos por las familias y, en otros, por descubrir o sentir la satisfacción de estar representando a un personaje que durante su época fue pieza fundamental dentro de la historia española», comenta Dagoberto Vásquez, el mayordomo de la cruzadilla de San Sebastián.
Vásquez ha sido el responsable de preparar a los historiantes que este año, en el marco de las fiestas copatronales de Apastepeque, se presentarán en la ciudad, y para hoy (16 de enero) los danzantes tienen su «ensayo real» en el parque central del municipio, con lo cual inician las festividades en honor a San Sebastián Mártir.
Pero, ¿qué relación tienen los moros y cristianos con Apastepeque?
En el municipio, cada enero se celebran las fiestas copatronales en honor a San Sebastián Mártir. La Historia señala que Sebastián de Milán nació en Narbona (Francia) en el año 256 d.C., un territorio que para entonces era dominado por el imperio romano. Hijo de nobles y educado en Milán, practicaba la disciplina militar y a la vez profesaba el cristianismo. Al ser descubierto por el emperador Maximiano, Sebastián es obligado a escoger entre su fe y la carrera militar, pero al mantener sus creencias religiosas es condenado a muerte. Fue llevado a un campo donde lo desnudaron, ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de flechas. Sin embargo, no murió.
Al reponerse de sus heridas, Sebastián enfrenta al emperador y de nuevo es condenado a morir. Maximiano mandó que lo azotaran y su cuerpo fue tirado en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, y la catacumba lleva su nombre. Murió en el año 288.
En Apastepeque, para resaltar la imagen de su copatrón San Sebastián Mártir, -sin que haya registros exactos- se comienza entonces la tradición de los historiantes, en esencia un acto beligerante como lo fue la figura de Sebastián hasta su muerte y que le mereció su santificación.
«San Sebastián era cristiano, militar, oficial de rango y pertenecía a una legión romana», reseña Vásquez, el mayordomo del santo patrono.
Coloridos festejos
Del 16 al 20 de enero son los festejos copatronales en Apastepeque, donde los Historiantes son infaltables.
«Le dan (los moros y cristianos) un mayor realce, colorido, una mayor emoción a las festividades que duran unos cuantos días. Ellos son parte de estas fiestas y con ello su tradición se ha vuelto parte incondicional entre la población, de tal manera que todos los eneros en Apastepeque hay fiesta y mucha tradición», comenta el mayordomo.
Para formar parte de este selecto grupo de danzantes solo se requiere de disposición para ser uno de ellos, ir a los ensayos a lo largo de un mes para aprenderse el papel del personaje a representar y tener el tiempo disponible para los días festivos.
«Queremos que esta tradición no desaparezca. Apastepeque es cultura y trabajaremos por mantenerla» añadió el mayordomo, quien con mucho entusiasmo y dedicación ha trabajado por años para mantener viva la tradición.
Apastepeque, al igual que Ereguayquín, Santiago Nonualco, ciudad Delgado, Panchimalco, Conchagua y Nahuizalco, celebran con historiantes. No obstante, el mayordomo de la ciudad diferencia a sus danzantes locales del resto por las vestimentas y las historias que pueden representar. «Nuestros personajes usan una vestimenta diferente, ya que en sus trajes se pueden observar cascabeles, turbantes, golas, blusa, listones, coronas, los relatos, la cabriola, que es parte del baile como ve son diferentes», añadió.
Los moros y cristianos se centran en las figuras de un rey musulmán y la reina española, Isabel de Castilla, pero los historiantes de Apastepeque pueden usar otros relatos en sus presentaciones como: «Las panteras de Argel», «Decían las tres coronas», «Los tres tomos de Carlo Magno», «Juana de Arco», «Historia de los guerreros de las 100 horas», «El triunfo del rosario», «Los bárbaros del Norte», «La conquista de Granada», entre otros comenta Vásquez.
«Como mayordomía, estamos divulgando año con año a que jóvenes y adultos participen para mantener esta tradición que ya es más que centenaria; de la misma forma pedimos a nuestra población a que nos ayude y se incorpore aprendiendo a tocar el pito y el tambor, que también forman parte de esta danza. Por ahora, solo contamos con un pitero y un tamborilero».
Los santos patronos de Apastepeque
En enero, los apastepecanos celebran a San Sebastián Mártir, a quien identifican como copatrón, pero el santo patrono principal es Santiago Apóstol. Los festejos para san Santiago son en julio.
No hay certeza de cuándo Apastepeque adquirió a su segundo patrono; no obstante, lo festejan por tradición cada inicio de año, posiblemente desde hace 100 años.