En la mochila de Daniel Isaías Hernández Rivera, de 21 años, además de cuadernos y libros, hay una caja plateada en la que guarda todos los elementos necesarios para ofrecer a sus compañeros de clases el servicio de peluquería y barbería durante los momentos de recesos de clases en la Facultad Multidisciplinaria Oriental de la Universidad de El Salvador (FMO-UES) de San Miguel.
Isaías inició hace cinco años ofreciendo cortes de cabello a sus amigos y vecinos en el cantón San Antonio Silva, de San Miguel.
«Yo tenía un hermano que cortaba cabello, se fue a Estados Unidos y dejó la máquina en la casa. Me dijo que tenía que aprender porque, si no, se iban a arruinar, y así fui agarrando experiencia con amigos. No fui a ningún curso solo lo que veía con mi hermano y viendo internet», recuerda.
Desde hace un mes, el joven estudiante de tercer año de Arquitectura decidió ofrecer sus servicios en el campus universitario entre sus compañeros.
«Le dije a un amigo que yo cortaba pelo y si se lo quería cortar y elegimos este punto [área verde del edificio de biblioteca] porque transitan muchas personas y para que nos vieran», comenta.
La estrategia de cortar el cabello bajo los árboles lo ha hecho notar al punto que otros dos estudiantes que también son peluqueros se han acercado para hacer alianzas y ofrecer sus servicios en el campus. «Estamos planeando un día en el que estemos los tres y la gente nos vea y reconozca, el campus es grande y todos pueden trabajar» dijo Isaías.
Las ganancias obtenidas las invierte en pasajes o en sus necesidades personales, y aun cuando ser peluquero no se encontraba en sus planes, está convencido de que aprender un oficio es importante para el desarrollo personal.
«Es bueno aprender un oficio, pero yo entiendo que estudiando cuesta bastante porque los horarios no son accesibles. Yo porque tengo bloques libres me siento afortunado, pero es de saber equilibrar las cosas», expresó.
Añadió que su objetivo es finalizar su carrera de Arquitectura y ser un buen profesional.
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