La primera vez que llevó una perrita rescatada a su casa lo hizo prácticamente a escondidas. Se ganó el regaño de su vida, pero qué podía hacer, no la iba a dejar sola y malherida.
Juliana Medina, mejor conocida como Julie, es una joven de 26 años a quien desde muy pequeña el corazón se le volcaba hacia los animales, su sueño era ser veterinaria. Realmente, le hubiera encantado serlo, pero una fobia la hizo conectar con las mascotas de otra manera.
«Me hubiera gustado ser veterinaria para ayudar, más cuando están lastimados; pero soy muy delicada con la sangre y no puedo verla. Entonces, me enfoqué en estudiar Diseño Gráfico y a partir de ahí fue que descubrí la ilustración, más que todo con carácter infantil, y a lo largo de la carrera fue cuando me involucré, desde 2014 hasta la fecha, en rescatar animales», asegura.
Su amor por los animales la llevó a convertirse en rescatista. No fue precisamente algo que planeó, pero ahora es de las cosas que más la satisfacen.
«Siempre que veía un perrito quería rescatarlo, ayudarlo y curarlo. Entonces, comencé poquito a poco con mi familia. Por ejemplo, yo rescaté a mi perrita Adana en 2016. Estaba por la universidad un día de tormenta y la vi debajo de una mesa, estaba lastimada, tenía cortadas en las patitas, estaba temerosa y me la llevé a la casa sin el permiso de mis papás. Hasta la fecha, Adana está conmigo», relata.
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Dice que el amor y el servicio hacia los animales lo heredó de su padre, quien siempre le inculcó el respeto por la naturaleza y los seres vivos. Ahora, juntos, han logrado salvar otras vidas.
«Con mi papá, más adelante rescatamos a una perrita que llamamos Lilo.
Ella estaba por un redondel, corriendo entre los carros, también en un día de lluvia», comenta. Rescatar animales es una acción de grandes lecciones, asegura, ya que «no es solo de agarrar al perro», sino también darle un tratamiento, alimentación y un hogar; además de entenderlos, ya que todo cambio les genera estrés.
Foto: Instagram Julie Medina
DAME TU PATA
A partir de esos dos rescates, quería seguir ayudando a más perros, pero ya no podía tenerlos en su casa. Entonces, junto con su familia, sus primas y sus hermanas, dieron inicio al proyecto Dame tu Pata, una página en redes sociales (Instagram y Facebook) donde compartían casos de perros y gatos con necesidad de ser atendidos.
El proyecto cobró fuerza gracias a las donaciones de los fieles seguidores y a las veterinarias asociadas que aún les brindan facilidades de pago.
Afirma: «Se tuvo una buena aceptación porque la página de Dame tu Pata trata de dar contenido informativo sobre qué es adoptar un perro y cómo hacerlo. Es una página amigable, interactúa bastante con el público. También ayudamos a la gente que nos pide compartir o que les recomendemos alguna veterinaria. No estamos para juzgar o señalar, queremos que entiendan que un perrito también tiene sentimientos y sufre».
El año pasado, entre abril y septiembre, Dame tu Pata pudo colocar entre 60 y 65 perros en hogares. La gente ayudó monetariamente y adoptó en plena crisis por la pandemia.
«Ya hemos rescatado gatitos, pero a la página nos llegan más casos de perros. Con respecto a los gatos, ayudamos mucho en los casos de esterilización», especifica.
INMORTALIZANDO MASCOTAS
Julie Medina Illustration es el segundo proyecto que surge a partir de esta vocación por el servicio hacia los animales. Tiene como objetivo principal el retrato ilustrativo y, a pocos meses de haberlo fundado, le gratifica ver la aceptación que ha tenido.
«En esta inspiración de las ilustraciones se mezclaron dos cosas. Un rescate que se hizo en mayo de 2020, con una perrita llamada Mayo. La rescaté y se dio en adopción junto con sus cuatro cachorritos. Esta perrita fue bastante especial, yo me la quería quedar, pero ya no podía. La quise tanto que dije “quiero quedarme con algo de ella”, y en ella me inspiré e hice mi primera ilustración», dice Julie.
Foto: Cortesía Julie Medina
Mayo ahora tiene un nuevo hogar, y al publicar en Dame tu Pata la imagen de la perrita el alcance fue enorme. «Les presenté el retrato de Mayo y a las personas les encantó porque era tal cual la mirada de ella, el pelaje, y tuvo una aceptación que yo no me imaginé. Fue ahí que me preguntaron si podía hacer a sus perritos y yo dije ¡wow!, no me lo esperaba», cuenta.
Tuvo que planear la logística en poco tiempo, cuando las peticiones comenzaron a llegar. El proyecto inició en septiembre de 2020 con ilustraciones digitales, y cada vez que hacía dos, tres o cuatro ilustraciones, los dueños decían que la expresión era la misma de sus mascotas.
«Saber que les lograba transmitir esas emociones a las personas me siguió inspirando más», afirma.
EVOLUCIÓN DEL PROYECTO
Juliana Medina inició con los retratos digitales, pero después creó piezas únicas de las mascotas y plasmó el arte en camisas, marcos fotográficos, tazas, carteras y más.
«Fui evolucionando la idea y he ido, como ilustradora, mejorando la técnica en cada perro y gato», reconoce. Es un proceso creativo visual, pero incluye una plática activa con los dueños de la mascota.
Foto: Julie Medina Ilustration
«Es un trato bastante personal, porque me explican si quieren el perro con algún detalle que los caracterizaba, como un moñito, un pañuelo, y yo absorbo todo lo que me dice el dueño y luego hago el proceso ilustrativo. Entre siete y nueve días después, les entrego la ilustración».
Las piezas son exclusivas, le coloca el nombre de la mascota, y el retrato es plasmado en un tamaño aproximado de 8 × 10 pulgadas, pero puede variar hasta 20 × 40 pulgadas. Julie indica que un 60 % de los trabajos que le piden son sobre «perritos que ya están en el cielo».