Kazajistán anunció el lunes su intención de reautorizar la caza de antílopes saigas, una cuestión sensible en este extenso país de Asia central, con el fin de regular la creciente población de esta especie que amenaza la agricultura.
«La regulación de los saigas es necesaria (porque) esta especia causa destrozos en la agricultura», declaró en una rueda de prensa en Astaná el ministro kazajo de Ecología, Yerlan Nysanbayev, estimando los daños causados en 12.000 millones de tenge (unos 25 millones de dólares).
«Existen dos métodos: la captura diurna en redes y el sacrificio nocturno. No voy a eludir la cuestión: debemos utilizar también la segunda opción», añadió.
Un portavoz del ministerio precisó que «hasta 337.500 saigas deben ser capturados o sacrificados antes del 30 de noviembre».

El sacrificio de saigas, todavía considerados en peligro de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), es tema de debate habitual en Kazajistán.
A principio de año, las autoridades anunciaron que la prohibición de su caza, en vigor hasta finales de 2023, no se prorrogaría.
La población de saigas ha «superado su récord histórico por la falta de un depredador natural», indicó Nysanbayev, llegando actualmente a unos dos millones de individuos.
La mayoría de estos antílopes vive en la estepa de este país, pero también se les puede encontrar en la región rusa de Kalmykia y en Mongolia.