El siglo XXI exige al mundo la adopción de fuentes de energía que permitan afrontar el futuro de cambio climático, una tarea para la que también se necesita la modernización de las políticas energéticas.
Por ello, expertos aseguran que la energía geotérmica es una de las principales energías renovables que podría sustituir al petróleo y gas.
La energía geotérmica, como fuente de energía limpia, renovable, y prácticamente inagotable (se logra con un manejo adecuado del recurso), está directamente relacionada con áreas geográficas que generan flujos de calor y gradientes de temperatura anormales que pueden variar de una zona a otra, debido al vulcanismo o la estructura geológica de las rocas a cierta profundidad.
Claudia Mejía, geóloga de LAGEO, aseguró que el trabajo del equipo de geología de la institución es multipropósito, ya que de acuerdo con las necesidades que van surgiendo, así se realizan los análisis geológicos y de los procesos.
La geóloga, que tiene más de 14 años laborando para LAGEO, explicó que cuando se hace una exploración geotérmica se comienza con una fase de campo, que incluye la visita al área de interés, definir cómo es la estructura geológica del sitio, cómo está asociada a eventos volcánicos recientes, y así determinar aspectos que interesan para la generación de energía.
«Es importante verificar el grado de fracturación que tiene la zona de interés, porque para un campo geotérmico es importante que haya no solo la temperatura en sí, sino también que haya permeabilidad. En el caso de las rocas volcánicas, se necesita que esa permeabilidad sea a través de fracturas, que vienen a ser los canales a través de los cuales viajan los fluidos calientes, entonces, el geólogo tiene que buscar evidencias de ese tipo de fracturamiento», aseguró.
La experta sumó que también es necesario analizar la evolución geológica y vulcanológica del sitio, es decir, cómo están asociados los diferentes depósitos volcánicos tanto locales como de otros volcanes del sector.
Las fumarolas o fuentes de aguas termales, según la experta, son una señal de actividad volcánica reciente, por lo que su análisis se considera importante para ayudar a determinar posibles puntos de perforación de un pozo.
«Normalmente lo que la geología busca son zonas de corte de carreteras y taludes, que es donde se puede encontrar la roca o el suelo expuestos, al igual que datos de fracturamiento», explicó.
Después de las tareas de campo, los geólogos proceden a la elaboración de mapas técnicos, entre estos: el geológico y el geomorfológico. El primero comprende información del tipo de roca y los datos estructurales (con los trazos de fallamientos); y el segundo muestra las geo-formas del paisaje actual.
«Después de la elaboración de mapas, se construye un modelo geológico, que representa dónde puede estar el recurso, cómo puede ser la temperatura de la zona y cómo está asociado a la permeabilidad, es decir, el fracturamiento en la zona. La información geológica es integrada con los datos geofísicos y geoquímicos del área, para construir un modelo conceptual del campo geotérmico», acotó.
Asimismo, comentó que al momento en el que se define el sitio de perforación es importante conocer si se va a cortar una zona de fracturamiento, ya que la idea principal es que el pozo lo corte a través y no paralelo. «Lo que buscamos, que vaya en un ángulo que no sea paralelo, para asegurar una buena permeabilidad», dijo.
Por otra parte, Mejía explicó que los puntos clave para hacer un pozo son la temperatura, las posibilidades de encontrar zonas permeables, una actividad volcánica reciente -que sea menor de 10,000 años-, porque se espera que haya calor remanente que sirva para calentar el agua y convertirla en vapor, y así hacer el ciclo de producción de energía.
«A medida que un campo se va desarrollando, como van surgiendo nuevos datos, entonces se va actualizando el modelo conceptual, ya que este no es fijo y se va conociendo hacia dónde se extiende el recurso», explicó.
En El Salvador, según la experta de LAGEO, la principal zona de falla del país está aproximadamente a lo largo de la cordillera volcánica Sur del país, «esas son las zonas activas, un sector de ellas se movió cuando ocurrió el terremoto que afectó el área de San Vicente en 2001», afirmó.
«La energía geotérmica es la más amigable con el medioambiente. Si se compara con otras fuentes de energía renovable, como la energía hidroeléctrica, en cuya área de influencia se crea un micro ecosistema diferente al que ya estaba, pero en el caso de la geotermia no hay modificación climática, además se hacen diseños de tuberías de acarreo que sean amigables con el entorno».
Claudia Mejía, geóloga de LAGEO.