Con todo, los analistas no descartan el riesgo de una recesión.
En julio, el PIB se había contraído 0,6%, una cifra revisada a la baja, precisó la ONS.
«Esto significa que todavía es difícil decir si la economía se contrajo en el tercer trimestre», consideró Martin Beck, economista de EY ITEM Club.
A finales de septiembre, la ONS había indicado que el crecimiento del Reino Unido en el primer trimestre fue de 0,3%, mayor de lo que se había estimado en un primer momento. De abril a junio, segundo trimestre, fue de 0,2%.
Estos datos revisados evalúan en 1,8% el crecimiento del Reino Unido desde el último trimestre de 2019, justo antes de la pandemia de covid-19, y el segundo trimestre de este año, situando al país por delante de Alemania (0,2%) y Francia (1,7%) en el mismo periodo.
Sin embargo, el gobierno enfatizó en que es necesario controlar la inflación.
En agosto, ese índice alcanzó el 6,7%, el nivel más alto de los países ricos del G7.
Ruth Gregory, de Capital Economics, considera que el repunte del PIB en agosto «aumenta las posibilidades de que la economía escape a la recesión», pero vaticinó una contracción de «0,2% en el tercer y cuarto trimestres».
Dos trimestres consecutivos de contracción suponen una recesión técnica.