Tras meses de «silencio ensordecedor», el Consejo de Seguridad de la ONU exigió este lunes un «alto el fuego inmediato» en Gaza, un llamamiento bloqueado varias veces por Estados Unidos, que en esta ocasión se abstuvo, enfureciendo a su aliado israelí.
La resolución, adoptada entre aplausos por 14 votos a favor y una abstención, «exige un alto el fuego inmediato para el mes de Ramadán» que conduzca a una tregua duradera, y «exige la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes».
«Este baño de sangre ha durado demasiado tiempo (…) Al fin, el Consejo de Seguridad asume su responsabilidad», dijo el embajador argelino Amar Bendjama, uno de los promotores de la iniciativa.
Este voto «debe ser un punto de inflexión (…) Debe señalar el fin de esta avalancha de atrocidades contra nuestro pueblo», añadió con voz entrecortada el embajador palestino Riyad Mansour, que lo calificó de «día histórico».
Muchos miembros del Consejo, así como el portavoz de la ONU, han insistido en que este texto es ley, pero los estadounidenses insisten en que «no es vinculante».
De hecho, aunque las resoluciones del Consejo son vinculantes, los Estados afectados a menudo las ignoran.
El gobierno israelí afirmó que la abstención de Estados Unidos perjudica su ofensiva contra Hamás y los esfuerzos para liberar a los rehenes. «Esto da a Hamás la esperanza de que la presión internacional le permita obtener un cese el fuego sin la liberación de nuestros rehenes», la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, reafirmó que Israel no pondrá fin a su guerra «mientras haya rehenes en Gaza». Además, el gobierno canceló el viaje a Estados Unidos de una delegación que tenía como objetivo abrir consultas sobre el plan de Israel de lanzar una ofensiva contra Rafah.
Netanyahu «expresó a Estados Unidos que si se retractaba de su posición, no enviaría a la delegación israelí» a Washington, indicó.