Los vehículos muy contaminantes tendrán que pagar para entrar en toda el área metropolitana de Londres a partir del próximo año, anunció el viernes el alcalde Sadiq Khan, cuyo ayuntamiento impulsa al mismo tiempo el uso de coches eléctricos.
La denominada zona de emisiones ultrabajas (ULEZ), que actualmente no concierne a la periferia urbana, se entenderá a partir del 29 de agosto para abarcar a los nueve millones de habitantes del Gran Londres, anunció el alcalde laborista.
La ULEZ ya ha demostrado ser «transformadora», aseguró Khan, y su ampliación significará que «cinco millones más de personas podrán respirar un aire más limpio».
El alcalde había anunciado asimismo la víspera su intención de mantener a Londres en cabeza de la «revolución» del coche eléctrico añadiendo 100 puntos de recarga ultrarrápida, que permiten llenar una batería en 20-30 minutos.
Según el ayuntamiento, hay ya más de 11,000 puntos de recarga en la ciudad, uno por cada cuatro vehículos eléctricos.
Creada en abril de 2019, la zona ULEZ ya había sido ampliada en 2021 y actualmente cubre una gran área central, incluida dentro de las circunvalaciones interiores.
Los vehículos de gasolina fabricados antes de 2006 y los de gasóleo anteriores a 2015 pagan generalmente una tasa diaria de 12,50 libras ($15) por entrar en esta zona. Camiones y autocares deben pagar 100 libras, los taxis están exentos.
Esto se agrega a la «tasa de congestión» de 15 libras que desde 2003 deben pagar todos los vehículos que entran en el centro de Londres.
Según un informe de 2019, la contaminación del aire causó unos 1,000 ingresos hospitalarios anuales por asma y afecciones pulmonares graves en Londres entre 2014 y 2016.
Un forense dictaminó en 2020 que la contaminación del aire contribuyó a la muerte de una niña londinense de nueve años en 2013. Fue la primera vez en el Reino Unido que la polución atmosférica era catalogada oficialmente como causa de muerte.
Esta «afecta a los niños incluso antes de que nazcan, y les provoca problemas de salud de por vida», tuiteó la asociación Mums for Lungs (madres a favor de los pulmones) congratulándose de la «buena noticia para la salud de todos los londinenses».
Pero quienes se oponen a la ULEZ sostienen que equivale a un «impuesto» a los conductores más pobres que no pueden permitirse sustituir sus vehículos contaminantes.
El anuncio será «un mazazo para los conductores desesperados y las empresas que ya están luchando con los costes de combustible» en plena la crisis del coste de la vida, afirmó Nicholas Lyes, responsable de la organización de automovilistas RAC.