El tamal preparado a base de elote no solo requiere de tiempo para elaborarlo, sino de las combinaciones perfectas para darle una variedad de sabores apetecibles al paladar del cliente.
Alba Villatoro lo tiene claro, conoce los gustos de sus clientes. Ella es una artesana dedicada a la preparación de este platillo tradicional de El Salvador, que en Anamorós, La Unión, y sus alrededores se ha convertido en uno de los preferidos de los pobladores.
«Lo primero es despuntar el elote. Sacamos las capas de tuza, que vamos a ocupar después para envolverlo, luego raspamos la mazorca y limpiamos el grano para llevarlo al molino. A la masa hay que ponerle sal al gusto, aceite o manteca, como el cliente lo desee, porque hay veces que también los piden con azúcar», explicó Villatoro.
Pero los tamales que prepara Alba no solo son consumidos en el país, sino que también traspasan las fronteras, pues cuando compatriotas que residen en Estados Unidos regresan al país de visita, siempre buscan los tamales de elote para llevarlos al Norte.
Alba comentó que cuando cerraron los aeropuertos por la pandemia, ella estaba de visita donde unos amigos en Estados Unidos y se tuvo que quedar ahí. Sin embargo, no se cruzó de brazos y gracias a su espíritu trabajador decidió elaborar unos sabrosos tamales, que, por supuesto, fueron del agrado de sus amigos y de otras personas de diferentes nacionalidades.
A diario, en la cocina de esta salvadoreña se preparan de 400 a 500 tamales, los cuales vende cada tarde, y es casi imposible encontrar sus productos entrada la noche, pues los clientes se los llevan en grandes cantidades.