En su intento de frenar la caravana migrante que se dirige a la frontera, el presidente de México, Manuel López Obrador, aseguró ayer que mantiene un constante diálogo con Centroamérica y Estados Unidos, tanto con el gobierno saliente como con el entrante, para evitar que el flujo migratorio avance de manera irregular hasta su territorio. Además, la Guardia Nacional mexicana mantiene sus patrullajes y operativos.
«Hacemos propuestas para que se busque el diálogo con los migrantes en Honduras y Guatemala, que se les atienda para que no entren a ningún país por la fuerza y que se respeten sus derechos humanos. Vamos a seguir actuando de la misma manera. Hay una buena relación con el presidente Joe Biden», declaró López Obrador ayer durante su conferencia matutina.
Una caravana de 9,000 hondureños emprendió su viaje el pasado jueves desde San Pedro Sula, Honduras, para olvidarse de sus problemas económicos y empezar un futuro mejor en Estados Unidos.
Las autoridades del Triángulo Norte reiteraron hace unos días que el camino es muy riesgoso y que toda persona que emigra de forma irregular expone su vida. Ayer, unos 4,000 hondureños se enfrentaron con policías en el kilómetro 177, en Vado Hondo, departamento de Chiquimula, Guatemala, donde se formó una red de agentes para impedir el avance de las masivas caravanas. La pandemia por la COVID-19 es la única que había detenido caravanas, que tienen un registro histórico desde 2018.
Las autoridades guatemaltecas informaron ayer que 12 hombres y nueve mujeres de la caravana dieron positivo a la prueba. Todos fueron trasladados a un centro de bienestar respiratorio para la cuarentena. Una vez se recuperen serán retornados a Honduras, indicaron.
Esta no es la primera vez que los centroamericanos buscan entrar a la fuerza a Estados Unidos, pues el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense (DHS, por su sigla en inglés) reporta que el 72 % de los migrantes arrestados en la frontera suroeste en el año fiscal agosto 2019 fueron procedentes del Triángulo Norte, y como respuesta para evitar y combatir la migración irregular, el gobierno del presidente Donald Trump impulsó con Centroamérica los Acuerdos de Cooperación de Asilo (ACA, en inglés).
De acuerdo con el pacto, los migrantes que lleguen a la frontera sur serán devueltos a Centroamérica para esperar su proceso de su estatus migratorio en Estados Unidos.
En adición, Biden señaló en diciembre pasado, durante una entrevista con la agencia EFE, que no pararía de forma inmediata las restricciones al asilo creadas por el mandatario saliente Donald Trump, ya que no desea «acabar con 2 millones de personas en la frontera».
López Obrador recordó ayer que cuando Biden era vicepresidente en el mandato de Barack Obama (2009-2017) se discutió una reforma migratoria para regularizar el estatus a los inmigrantes, pero nunca se hizo realidad.
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Sin embargo, la estabilidad migratoria que ofrece el gobierno entrante solo estará garantizada para los inmigrantes que se establecieron en Estados Unidos por años atrás.
Reforma migratoria
El presidente mexicano tiene la expectativa de que a los migrantes que están en tránsito se les ofrezca una solución ordenada conforme a las leyes de cada país y llamó a que no se trafique con «la necesidad y desesperación de los migrantes. Que no sean “polleros” los organizadores de estas caravanas».