TOMO V – PARTE II
Desde siempre, en El Salvador las mujeres han tenido una participación invisible o poco reconocida en temas relacionados con la ciencia y las artes, pese a los grandes aportes que han brindado. Y es que, a lo largo de la historia, las salvadoreñas han luchado con diversos factores que les han imposibilitado ser reconocidas en disciplinas pensadas únicamente para hombres
Es por ello, que tras doscientos años de historia salvadoreña y en el contexto de una fiesta nacional tan grande como los es la independencia de nuestro país -y de Centroamérica-, resulta importante reconocer a esas mujeres que han destacado nacional e internacionalmente.
APORTES A LA CIENCIA
La Medicina, Física y Astrología, entre otras ciencias, no han sido exclusivas de hombres. Grandes mujeres han dado sus aportes para lograr la transformación de El Salvador, sobre todo para beneficiar a su gente. Estas son algunas de ellas.
Antonia Navarro Huezo
Fue la primera mujer en graduarse de la Universidad de El Salvador (UES) en 1889, a los 19 años de edad. Su tesis se basó en el estudio del fenómeno astronómico conocido como «La luna de las mieses» y se llevó a cabo en el paraninfo de la universidad ante un numeroso público. Navarro a través de su tesis, cuestionó posturas teóricas mundiales de la época, desmintiendo la visibilidad del fenómeno de la Luna, en El Salvador. Los periódicos de la época, registraron la graduación de Navarro como un «triunfo ante aquellos que se empeñaban en mantener a las mujeres en un estado de ignorancia, sujetas al hogar».
Etelvina Morillo
Fue docente por 50 años ininterrumpidos y tiene estudios de Física y Filosofía en países como: Argentina, Brasil, Alemania, Estados Unidos e Italia. Su vida en la ciencia comenzó en 1962, en Argentina, cuando fue becada por la Organización Internacional de Energía Atómica y se radicó en un laboratorio de óptica en donde llego a ser la responsable. En la UES, formó muchos físicos de renombre y fue la encargada de posgrados de la universidad. Desde ahí, la física gestionó equipo de laboratorio para experimentos relacionados a su área. Etelvina se dedicó a estudiar paneles solares, y diseñó un prototipo de cocina ahorradora de energía que, posteriormente, instaló en varias partes de El Salvador. A la fecha, Morillo cuenta con varios libros publicados, así como la dirección de más de 40 tesis experimentales de física.
Maria Isabel Rodríguez
Graduada como doctora en Medicina de la Universidad de El Salvador en 1948, se especializó en la investigación médica en países como México y El Salvador. Durante ocho años fue rectora de la Universidad Nacional, cargo que nunca había sido administrado por una mujer. Desde la rectoría, Rodríguez intentó darle al desarrollo científico el lugar que le correspondía por lo que creó el Centro de Investigación y Desarrollo En Salud. La doctora e investigadora tiene en su haber aproximadamente 47 publicaciones surgidas de investigación biomédica básica y clínica, en el área cardiovascular, y otras 50 más en diferentes áreas de la Medicina y Salud Pública. Además, se le acredita el impulso a la Reforma Integral de Salud para El Salvador, que constituye la primera transformación de raíz del sistema de salud salvadoreño. Ha recibido 11 reconocimientos Doctor Honoris Causa de diversas universidades de países como México (2005), El Salvador (2006), Argentina (2007), Guatemala (2008), Perú (2008), Brasil (2014).
ARTE EN LAS VENAS
A través de la historia salvadoreña, se puede constatar cómo la mujer ha sido gran protagonista por su participación y papel en el mundo artístico del país. Sus aportes representan un gran legado del que son partícipes las nuevas generaciones. Es por ello, y en reconocimiento de sus hazañas que, en este recuento de 200 años de nación, se les reconoce por su gran herencia cultural.
Jesús López
Es considerada la primera poetisa de El Salvador. Según la obra Guirnalda Salvadoreña, publicada en 1885 por Román Mayorga Rivas, Jesús López nació el 28 de noviembre de 1848, en la ciudad de San Vicente. De sus obras solo se conservan dos poemas: «A una rosa» y «Salve a María Santísima».
Matilde Elena López
Estudió Periodismo, Filosofía y Letras en universidades de Guatemala y Ecuador. En 1958 se incorporó a la Universidad de El Salvador donde, además de catedrática, desempeñó diferentes cargos administrativos. Autora de numerosos libros de poesía, cuento, teatro y ensayo, recibió premios por sus creaciones literarias en diversos Juegos Florales en El Salvador y Guatemala. Fue nominada Hija Meritísima de El Salvador en 2003 y obtuvo el Premio Nacional de Cultura en 2005. Con sus ensayos, analiza y genera conocimiento sobre la literatura en El Salvador.
Marta Rosales
Estudió música en Rusia y formó a muchos maestros de música en la provincia cubana de Camagüey durante ocho años. Fue la primera administradora de un departamento de música del antiguo Consejo Nacional para la Cultura y Arte (Concultura). Rosales llevó a cabo una investigación acerca de la huella prehispánica en la música salvadoreña, además de realizar otras investigaciones que buscaban documentar lugares de gran riqueza cultural en el país. Ahora, Marta Rosales es la única musicóloga salvadoreña después de María Baratta, quien fue otra mujer dedicada a la investigación de la música.
Maya Salarrué
Su padre Salvador Salazar Arrué (Salarrué) y su madre Zèlie, ambos artistas, aportaron a la vida de Maya un mundo del arte, logrando que de esta manera se convirtiera en «la primera pintora ingenua salvadoreña», cuyo mundo se puede dimensionar de mejor manera en la edición de «Cuentos de Cipotes», publicado en 1974 por la Dirección de Publicaciones e Impresos. A lo largo de su trayectoria, Maya creó un imaginario muy personal. Sus temas estaban vinculados al entorno que le rodeaba, espacios de gran colorido y carentes de perspectiva donde sus personajes eran dibujados de perfil y sin efectos de volumen, capaces de contar una historia.
Claribel Alegría
Destacada escritora, poetisa, narradora, ensayista y traductora salvadoreña. Su estilo literario se centraba en la realidad de su tiempo, el compromiso social y situación política. Su poesía buscó la democracia y la denuncia de la opresión. Sus escritos abordaron asuntos como el amor, la muerte, el anhelo y la esperanza. Como escritora y poeta goza de fama internacional. Su obra ha sido traducida parcialmente a 14 idiomas y recibió varios premios internacionales, como el de la Casa de las Américas de Cuba en 1978 por su libro «Sobrevivo».