La frontera entre Estados Unidos y México se convirtió en la ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo en 2022, tras registrar 686 personas fallecidas o desaparecidas en este trayecto, señaló en un uniforme la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El total representa casi la mitad de las 1,457 muertes y desapariciones de migrantes documentadas en América durante el año pasado, el periodo «más fatal que se haya registrado desde que el Proyecto Migrantes Desaparecidos (MMP) de la OIM comenzó con sus actividades en 2014».
Al menos 307 víctimas perdieron la vida al cruzar los desiertos de Sonora y de Chihuahua, México, «más lejos que otras regiones desérticas en las que la migración irregular prevalece». La selva del Darién, una zona selvática inhóspita en la frontera entre Panamá y Colombia, fue testigo de 141 fallecidos.
La investigación revela que las muertes siguen subiendo y que los peligros que los migrantes enfrentan en la región son cada vez mayores. Sin embargo, consideran que las cifran solo representa una parte del escenario real, ya que muchas víctimas no se reportan por no contar con datos de fuentes oficiales, aclara.
A través de la Matriz de Seguimiento del Desplazamiento (DTM), la OIM encuestó a personas que habían hecho el cruce, uno de cada 25 personas dijo que algunas de las personas que viajaron con ellos habían desaparecido.
«El hecho de que sabemos muy poco acerca de los migrantes que desaparecen en las Américas es una realidad muy desalentadora», señaló el director regional de la OIM para América del Sur, Marcelo Pisani. «Los impactos de las familias que son dejadas atrás en la búsqueda interminable de un ser querido desaparecido son verdaderamente profundos», aseguró.