Pasaron muchos años para que la diáspora salvadoreña tuviera garantizado el pleno derecho a emitir el voto en elecciones municipales, de diputados y presidenciales, deuda que fue saldada por la nueva Asamblea Legislativa al aprobarse una ley que permite el sufragio activo y pasivo desde el extranjero a partir de las elecciones de 2024.
Ahora, como si no fuera suficiente el bloqueo que hicieron los partidos ARENA y FMLN en este tema, voces opositoras han salido al paso intentando sabotear la posibilidad de que los más de 3.1 millones de connacionales voten desde los países de su residencia.
El excandidato a diputado de La Libertad por el PDC Roberto Ugarte afirmó en una red social que no le parece justo que salvadoreños con bastante tiempo de residir fuera de El Salvador vengan a votar y decidir al igual que la población en el territorio que también emite el sufragio.
A criterio de Ugarte, alguien que ha vivido 25 años fuera del país no puede decidir quién gobierna.
En su cuenta de Twitter expresó que, si un salvadoreño ya tiene más de un año fuera, «el voto debe quedar en pausa».
Además, afirmó que deberían pagar impuestos por las remesas que se envían a las familias en El Salvador para demostrar el arraigo con la nación.
La publicación de Ugarte generó fuertes críticas, principalmente de actores políticos que han trabajado para que la diáspora sea parte de los procesos electorales.
El presidente Nayib Bukele cuestionó la postura sobre cobrar impuestos a las remesas, afirmando que hace unos días la misma oposición sostenía que aplicar cargos a los fondos que donantes extranjeros envían a organizaciones en El Salvador está fuera de la ley.
«Los que están pidiendo que se pongan impuestos a las remesas son exactamente los mismos que pegaron el grito en el cielo cuando se propuso un impuesto al dinero que reciben del extranjero las ONG políticas. ¿Ven cómo odian al pueblo y solo les interesa proteger a sus patrones?», fue la postura del mandatario salvadoreño.
A la voz de Ugarte también se sumó la del capacitador electoral y militante del FMLN Malcolm Cartagena, quien planteó que los requisitos de arraigo que la anterior Asamblea había plasmado para el voto en el exterior eran buenos.
Cartagena hacía referencia a que los diputados de la legislatura 2018-2021 establecieron que los salvadoreños en el exterior podían votar solo si demostraban arraigo con el país, y esto se comprobaba si pagaban algún impuesto en el territorio, si tenían propiedades o negocios en el municipio donde votarían o si había familiares de primer grado que dependieran directamente de las remesas que enviaban.
Según esa lógica, la Asamblea Legislativa obligaba a la diáspora a «pagar» para votar en El Salvador, bajo un enfoque economicista, aun cuando la Constitución no define en ningún artículo esos requerimientos.
El militante del partido de izquierda también mencionó que en México, con 36 millones de sus nacionales radicados en Estados Unidos, solo votaron 18,000 en las elecciones de 2021.
Cartagena afirma que la forma correcta para garantizar que los salvadoreños en el extranjero voten es que se empadronen, para que así exista la claridad sobre cuántos en verdad están dispuestos a emitir el sufragio.
Los diputados de Nuevas Ideas cuestionaron estos argumentos y respaldaron que la nueva gestión legislativa continuará trabajando para garantizar que los compatriotas formen parte de las votaciones de forma plena.
«El voto en el exterior ya es una realidad, una promesa de campaña cumplida. Seguiremos saldando deudas históricas», puntualizó el diputado Wálter Alemán.
«Ellos [voces opositoras] quieren poner impuestos a la gente y no a las instituciones. Así es como han sangrado al pueblo por décadas. No saben cómo pensar de otra forma. Las remesas cuestan sudor y sacrificio de nuestra diáspora por ayudar a su familia, y así le quieren poner impuestos», remarcó la diputada Ana Magdalena Figueroa, quien fue una de las principales promotoras del voto para la diáspora.
Con la nueva normativa aprobada por la Asamblea Legislativa se estableció que los connacionales solo debían contar con un documento que acreditara su nacionalidad salvadoreña (DUI, pasaporte o partida de nacimiento) y querer participar en los comicios.
Actualmente, el Órgano Legislativo mantiene en estudio definir el mecanismo de votación que se deberá implementar para la diáspora en las elecciones municipales, legislativas y presidencial de 2024.