La Policía Nacional Civil (PNC) trasladó en helicóptero hacia San Salvador a un agente que fue lesionado por pandilleros en un ataque armado ocurrido en el departamento de Sonsonate.
El reporte oficial detalla que la Policía recibió un aviso que terroristas de la Mara Salvatrucha bajaban todos los días del cerro El Águila a preparar alimentos al caserío El Portazuelo, en Juayúa.
Un reporte policial indica que, este miércoles, a eso de las 6:30 de la mañana, un equipo de agentes salió a verificar la información y fueron atacados por los terroristas. En el hecho resultó lesionado de bala un agente, que debido a su condición de gravedad debió ser trasladado vía aérea a un hospital de San Salvador.
En la zona, varios equipos de fuerzas de seguridad desarrollan un operativo de búsqueda de los terroristas, sobre un terreno de más de 2,036 msnm, en el cerro El Águila, en la zona alta de Juayúa.
La corporación policial tenía meses de no registrar agentes policiales lesionados en ataques de los pandilleros como resultado de la estrategia de seguridad del presidente Nayib Bukele. En las administraciones anteriores la PNC tuvo años sangrientos, para el caso el 2015, uno de los años más violentos del país, las autoridades llegaron a registrar más de 65 policías asesinados en enfrentamientos contra pandillas o ataques directos de estas.
El Salvador vivió uno los períodos más críticos de violencia cuando gobernó el FMLN, solo en la gestión del expresidente prófugo Salvador Sánchez Cerén hubo más de 2,280 enfrentamientos entre pandillas y fuerzas de seguridad, los cuales dejaron un saldo fatal de muertes de agentes policiales. Cifras oficiales detallan que para el 2016 se registraron 48 asesinatos de policías, 46 en 2017 y 34 en 2018, muchos de estos murieron en ataques armados de las maras.
Mientras que, durante el gobierno del corrupto Mauricio Funes, a pesar de la famosa «tregua» entre pandillas, las cifras de agentes policiales asesinados ascendieron a 20 en 2011, 14 en 2012, 13 en 2013 y 39 en 2014, varios de estos en ataques de maras.
La mayoría de las muertes de policías registradas en los últimos años son atribuidas a las pandillas, que los atacaron en sus días libres en las comunidades donde vivían o, cuando iban o salían de trabajar y también en tiroteos con esos grupos. Las fuerzas de seguridad no contaban para entonces con herramientas ni equipo para realizar su trabajo, eran fácilmente vulnerables y un gran porcentaje pidió atención a los gobiernos para protección básica, pero esto fue en vano.