El 4 de febrero de 2024 es una fecha determinante en el contexto político de El Salvador, pues ese día inició el final de la incidencia política del partido de izquierda FMLN en la Asamblea Legislativa, al perder en urnas a sus cuatro diputados que buscaban la reelección: Jaime Guevara, jefe de fracción; y las diputadas Anabel Belloso, Marleni Funes y Dina Argueta; y no lograr que ninguno de sus otros candidatos lograra una curul.
Los resultados del escrutinio final de las elecciones legislativas, presentados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), arrojan que el partido de izquierda se quedó sin escaños nacionales, lo que para algunos analistas políticos representa una derrota «aplastante», «pulverizante», que relegó a los rojos en el mapa político.
A pesar de ello, la dirigencia del FMLN se niega a reconocer su derrota, argumentando que creció en el número de votos obtenidos, lo que consideran suficiente para afirmar que «hay FMLN para buen rato», como lo aseveró Karina Sosa, diputada del Parlacen con la bandera efemelenista y quien buscaba ser electa diputada del Legislativo.
El FMLN obtuvo en la elección de diputados nacionales 198,833.17 votos; es decir, 18,000 más que en la elección de 2021, cuando fueron 180,807.53; pero, ¿por qué eso no fue suficiente para que el FMLN siga representado en el Salón Azul?
Hay diferentes factores; el primero tiene que ver con el crecimiento del padrón electoral que, según datos del TSE, pasó de 5,389,017 a 6,214.399, por la inclusión de la diáspora y el aumento poblacional.
Por otra parte, en las elecciones de este año votaron 781,005 ciudadanos más que en 2021, lo que provocó el incremento de votos no solo para el FMLN, sino también para otros cuatro partidos, en diferente medida.
Nuevas Ideas aumentó su marca anterior en más de 1 millón de votos; mientras que el PDC se superó con 52,000, el PCN con más de 19,000 votos y Vamos con más de 67,000.
Gilberto Contreras, consultor de temas electorales, aseveró que el análisis que hace el FMLN sobre seguir como segunda fuerza política es muy «simplista» y «erróneo», porque la elección legislativa no trata de una sola circunscripción, sino de 14 que corresponden a todos los departamentos del país.
Uno de los casos más claros es el que ocurrió en San Miguel, donde el FMLN perdió la diputación de Dina Argueta por el incremento de votos que obtuvo el diputado por el PDC, Reynaldo Carballo.
De acuerdo con Contreras, las razones que llevaron a los efemelenistas a perder van más allá de la parte cuantitativa. «Ellos simplemente cosecharon la falta de liderazgos, el oponerse a las políticas públicas también les pasó factura, y recordemos que es el partido que expulsó al presidente, y desde entonces solo han venido derrota tras derrota», detalló el consultor electoral.
Agregó que «el FMLN puede tener votos, pero perdió toda la incidencia política en las grandes de-cisiones a nivel legislativo, que es una palestra importante porque tienen micrófono todas las sema-nas; entonces, perdieron toda acción política desde el funcionariado, y en las calles yo tampoco veo al FMLN de los 90´s que tuvo pueblo y tuvo calle».
De manera muy similar se expresó David Hernández, doctor en Ciencias Políticas, quien asegura que el FMLN perdió a sus diputados por la «falta de credibilidad» ante la población como instituto y el «escaso protagonismo» dentro de la arena política nacional.
Otro factor es la «división interna» que, para Hernández, se libra entre los «pragmáticos» que son representados en la Asamblea Legislativa por los diputados Jaime Guevara y Dina Argueta y los revolucionarios del Bloque Popular de Resistencia (BPR), la línea de Anabel Belloso y Marleni Funes.
De acuerdo con Hernández, ninguno de los cuatro diputados ni del resto de candidatos rojos pudo ser electo pues «todos llevan consigo un pecado original: «ser parte de la estructura putrefacta de las cúpulas del FMLN que gobernaron durante 10 años el país y que han dejado tras sí una estela de corrupción, robo, tráfico de influencias, oportunismo y traición a los postulados originales del FMLN».
En ese sentido, Hernández señaló que «para tener una posibilidad ante la población estos candidatos tendrían que haber pedido perdón al pueblo salvadoreño por las atrocidades cometidas por sus líderes durante los 10 años que gobernaron, tendrían que haber expulsado a esos líderes corruptos y haberse distanciado de las erróneas políticas públicas cometidas durante los dos períodos presidenciales que gobernaron».