Estados Unidos se enfrenta a la quinta ola de la COVID-19, entre las variantes delta y ómicron. Mientras, el gobierno de Joe Biden se esfuerza por hacer que la población se vacune al menos con dos dosis, luego de intentar imponer la inmunización obligatoria, que desató protestas en algunos estados. Ahora esa decisión depende de cada gobernación.
El nivel «alto» de transmisión comunitaria de la COVID-19, el indicador más grave de la probabilidad de contagiarse en un área determinada, ha llegado al 91.34 %, de acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). La variación entre el 23 de diciembre y el 29 fue de 8.94 %. El total de casos en todo el país ha llegado a 52,809,291 y las muertes son más de 816,000.
El nivel alto de transmisión comunitaria incluye a los condados con 100 o más casos por cada 100,000 habitantes en siete dias. El riesgo «sustancial» de contagio es de 4.9 %, el «moderado» de 2.2 % y el «bajo» apenas de 1.43 %.
En tanto, el 73 % de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna. El 62 % tiene dos dosis para protegerse del coronavirus, y el 33.4 % se ha aplicado una tercera dosis de las vacunas disponibles en el país. Ómicron es la variante dominante en Estados Unidos, según CDC. Representó en torno al 59 % de los nuevos casos en la semana que terminó el 25 de diciembre.
Esta agencia federal de salud pública ha revisado drásticamente a la baja sus estimaciones de la semana anterior (la concluida el 18 de diciembre): de 73 % de ómicron pasa a 22.5 % (dato correcto).
«Hemos recibido más datos sobre este período y ha habido una reducción en la proporción de ómicron», explicó a la AFP una portavoz de los CDC. «Es importante señalar que seguimos viendo un aumento continuo en la proporción de ómicron», insistió no obstante.
La curva de nuevas infecciones, que bajó entre principios de septiembre y finales de octubre después de una cuarta ola provocada por la variante delta, ha vuelto a subir desde hace dos meses y ahora se dispara con la variante ómicron altamente contagiosa.
«Será una ola rápida, pero muy difícil», estimó este martes en Twitter el epidemiólogo de Harvard Michael Mina, quien también considera que el récord de contagios no es más que la «punta del iceberg» debido a la cantidad de casos no detectados o sin declarar.
Al cierre de la semana, la curva de hospitalizaciones también aumenta, con unos 9,000 ingresos diarios de nuevos enfermos de la COVID-19 en Estados Unidos, pero está muy lejos de los 16,500 registrados a principios de enero de 2021, según datos de los CDC.
Actualmente alrededor de 1,200 personas mueren a diario en promedio por coronavirus en el país, mientras que hace un año la máxima era de unos 3,400 muertos.
El mundo ha alcanzado nuevos récords de contagios durante la semana pasada, con una media de más de 935,000 casos del virus detectados a diario del 22 al 28 de diciembre, según un recuento de la AFP a partir de datos oficiales.