El salvadoreño Ronald Hernández viajó desde la ciudad Laurel hasta College Park, Maryland, durante más de 30 minutos para reclamar su derecho al voto este 4 de febrero, pues aunque llegó a las 2:00 de la tarde (hora local) y se incorporó en la fila para someterse al proceso, tres horas después le fue imposible porque fue anunciado el cierre en el hotel Marriot.
«Queremos votar, queremos votar», gritó la comunidad insatisfecha. Hernández aseguró que a las 4:00 de la tarde una persona del staff avisó que todos los presentes iban a poder votar, pero que cuando estaba a punto de ingresar, las puertas fueron cerradas. Otros de sus conocidos se trasladaron a otro inmueble donde habilitaron el sufragio para lograr el objetivo.
De tener una segunda oportunidad para emitir su voto, lo realizará, indicó, incluso solicitará permiso de su trabajo para regresar nuevamente. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) anunció el domingo por la noche sobre el cierre de varios centros de votación en Estados Unidos y adelantó que reprogramaría otra fecha para que la diáspora pudiera efectuar su voto.
Ni las bajas temperaturas detuvieron a los connacionales para acudir al centro de votación, iban acompañados de sus parientes salvadoreños y de otras nacionalidades, y con su vestimenta y pancartas alusivas al presidente Nayib Bukele y Nuevas Ideas, comentó Hernández a «Diario El Salvador».
«De todas las personas que estábamos en ese momento, ninguna estaba apoyando a otro partido que no fuera el de Nuevas Ideas de Nayib Bukele. Fue como una fiesta cívica la que se vivió. Todos decían que prefieren la paz y tranquilidad en El Salvador y que su familia está a salvo y que no tienen miedo a que los asesinen injustamente o les quiten el dinero de la renta», dijo Hernández.