Las tormentas que desataron inundaciones torrenciales en Grecia, Turquía y Bulgaria causaron la muerte de al menos 12 personas, informaron las autoridades el miércoles.
Un período de calor extremo ha dado paso a fuertes tormentas, que convirtieron las calles del noroeste de Turquía en ríos y azotaron a Grecia con aguaceros sin precedentes mientras el país se recupera de semanas de incendios forestales.
«Todo lo que se salvó del incendio que tuvimos en julio ha sido destruido por este mal tiempo», dijo Christos Kleftakis, de 49 años, en Nea Anchialos, cerca de la ciudad de Volos, en el centro de Grecia.
«Es algo sin precedentes. Estos fenómenos meteorológicos severos, la fuerza de la lluvia, el viento. Nunca antes había visto algo así», añadió.
A medida que el mundo se calienta, la atmósfera contiene más vapor de agua, lo que aumenta el riesgo de fuertes precipitaciones en algunas partes del mundo, sobre todo en Asia, Europa Occidental y América Latina.
Combinados con otros factores como la urbanización, estos episodios de lluvias intensas desembocan en inundaciones.
En la región de Magnesia, en el centro de Grecia, cayeron lluvias de entre 600 y 800 mm en 24 horas, indicó el miércoles un meteorólogo.
«Es un fenómeno inédito para los datos meteorológicos del país», que empezaron a registrarse en 1958, indicó Dimitris Ziakopoulos, vicepresidente del centro de estudios de gestión de emergencias del ministerio de la Crisis Climática.
Dos personas murieron en Magnesia debido a las lluvias torrenciales que están cayendo en la región.
La tormenta, bautizada «Daniel» por los meteorólogos griegos, azota el país desde el lunes, afectando principalmente la región central de Magnesia y a su capital, Volos, 300 kilómetros al norte de Atenas.
Una mujer de 87 años desaparecida desde el martes fue hallada muerta el miércoles en la localidad de Paltsi, en Magnesia, informó el portavoz del cuerpo de bomberos, Yannis Artopios, a la cadena pública Ert.
El martes, un hombre de 51 años fue hallado muerto cerca de Volos tras ser arrastrado por la crecida de un torrente.