El proceso en Minneapolis es seguido con expectación en Estados Unidos, donde muchas cadenas transmiten segmentos en directo con los testimonios, después de que la muerte del afroestadounidense Floyd desatara una ola de protestas contra el racismo no vista en décadas.
Floyd murió después de que Chauvin lo inmovilizara durante varios minutos colocándole la rodilla en el cuello. El expolicía, que se declaró no culpable, se enfrenta a hasta 40 años de prisión si es declarado culpable del cargo más grave que se le imputa, homicidio en segundo grado.
«Cuando llegué, él ya había fallecido y yo lo llevé al hospital, pero él siguió en paro cardíaco», señaló el paramédico Derek Smith en el cuarto día del juicio.
La fiscalía busca probar que fueron las acciones de Chauvin las que provocaron la muerte de Floyd, mientras que la defensa del exagente afirma que murió debido a que estaba drogado y tenía problemas de salud.
Smith indicó que Chauvin y otros agentes todavía estaban encima de Floyd para inmovilizarlo cuando su compañero de labores Seth Bravinder llegó al lugar con una ambulancia.
El paramédico intentó tomar el pulso de Floyd, tocándole la arteria carótida. «No sentí nada», dijo. «En términos simples yo pensé que estaba muerto», agregó.
Smith contó que junto a Bravinder y a los policías colocaron a Floyd en la ambulancia e intentaron reanimarlo haciéndole un masaje cardíaco y usando un desfibrilador, pero sus esfuerzos fueron infructuosos.
En su testimonio Bravinder dijo al tribunal que cuando llegaron, Floyd «no respondía». «No le vi moverse ni respirar», señaló.
También testificó un sargento de policía. David Pleoger, que estaba supervisando el turno de Chauvin el día del incidente, fue interrogado por los fiscales sobre el uso de la fuerza durante el arresto de Floyd.
«Cuando el señor Floyd ya no estaba ofreciendo ninguna resistencia a los oficiales, podrían haber puesto fin a su inmovilización», indicó.