Hay líderes o jefes de Estado que por sus características personales marcan hechos históricos, fundamentales y profundos en sus actuaciones y que logran en poco tiempo resultados precisos, cimentando las bases del desarrollo y el progreso de los países que gobiernan.
Un líder 5.0 es aquel que está muy relacionado con el uso y desarrollo de la tecnología, son líderes creativos e innovadores que buscan resultados inmediatos exigiendo a sus equipos impulsar y sostener un ritmo acelerado del trabajo con base en logros concretos, toman decisiones efectivas, ajustadas a los cambios del entorno, con creatividad y flexibilidad, con consideraciones éticas, estableciendo el bien de la población por encima de los intereses personales. Algunos ejemplos de estos liderazgos son, para el caso, el de la canciller alemana, Angela Merkel, quien gobierna Alemania desde 2005. Como canciller, con su mandato no solo ha llevado a una notable prosperidad económica a su país, también ha contribuido a darle forma a la Europa que conocemos hoy día, es una de las líderes más destacadas de la historia de Europa. Una vez dijo: «El que decide dedicar su vida a la política sabe que ganar dinero no es la prioridad». Otro es el caso del primer ministro de Japón , Yoshihide Suga, quien con una administración eficiente y pragmática ha elevado el nivel del desarrollo tecnológico de Japón para estar a la vanguardia de la cuarta revolución industrial; asimismo, en Latinoamérica destaca el presidente Nayib Bukele, quien con el enorme éxito obtenido en el manejo de la pandemia ha sido un motivo de ejemplo de liderazgo en el mundo. Y ¿qué son las sociedades 5.0? En estas sociedades se plantea que las tecnologías deben aprovecharse para la creación de nuevos conocimientos y valores que generen conexiones entre las personas y las cosas. En estas sociedades 5.0 se procura conectar el mundo real con el mundo cibernético para resolver los problemas de la población. Se trata de equilibrar el despliegue del «big data», el internet de las cosas o la inteligencia artificial para resolver grandes problemas de la sociedad, como la competitividad, productividad, conexión y el bienestar. En conclusión, se trata de una sociedad que usa la tecnología para crear un mejor futuro y la base de ese liderazgo es la humildad, la voluntad profesional, el control del ego y una profunda ambición para conseguir los logros para el bienestar de la población.
James Collins, en su libro «Good to Great» (2001), o de buena a grandiosa, explica por qué algunas sociedades dan el salto y otras no, también aborda que un líder 5.0 es capaz de hacer crecer su organización y compite con otras grandes organizaciones de tú a tú, de igual a igual.Esto significa llevar a las organizaciones y empresas a competir en cualquier terreno.
John Kotter, un profesor de liderazgo de Harvard, retoma el liderazgo 5.0 como un concepto de un líder que, en medio de la crisis, motiva a sus seguidores a sobrepasar obstáculos y seguir moviéndose hacia la meta señalada; debe ser ambidiestro, que significa capacidad de ver el futuro sin descuidar el presente, cuestiona el «statu quo» y permite a sus equipos de trabajo adaptarse a los tiempos de cambios acelerados. Japón ha desarrollado un potente concepto de sociedad 5.0 y de un líder 5.0 capaz de hacer avanzar a un país a un estado ideal, aprovechando las transformaciones tecnológicas en curso, sin que nadie se quede atrás, como la evolución de un cuerpo social.