Cuando estalló la guerra en Sudán, Esraa Hesbalrasoul tuvo que sacar a sus gemelos prematuros a toda prisa de su incubadora, porque el hospital de la capital, Jartum, donde se encontraban estaba siendo bombardeado. Sin oxígeno ni ambulancias, uno de ellos murió.
La joven madre consiguió llegar a la pequeña maternidad de Omdurman, un suburbio del noroeste de la capital sudanesa, donde cuida del pequeño que sobrevivió.
Cuando comenzaron a caer las bombas sobre el hospital el 20 de abril «nos dijeron que debíamos evacuar a todos enseguida y que debíamos llevarnos a nuestros gemelos», cuenta a la AFP esta sudanesa.
«No había ninguna ambulancia disponible así que tuvimos que llevárnoslos como podíamos, pero uno de los dos murió por falta de oxígeno», añade.
Esraa Hesbalrasoul no es la única madre atrapada por esta guerra que comenzó el 15 de abril: según la ONU «24.000 mujeres deben dar a luz en las próximas semanas» en la capital sudanesa.
De acuerdo a la misma fuente, 219,000 mujeres están embarazadas en la capital, donde más de cinco millones de personas intentan sobrevivir sin agua corriente ni electricidad, y racionando la poca comida que les queda.