Tiene el corazón dulce y tierno de una madre y esposa. Además, tiene la fluidez de palabra y la perfecta conexión de ideas y conceptos de una profesional y, por si fuera poco, cuenta con la disciplina rígida y firme de una deportista profesional. Ella es Lorena Fuentes, diputada del partido Nuevas Ideas, que, asegura, tiene un solo objetivo: abrir espacios para la mujer en El Salvador y promover un sano y verdadero concepto de igualdad en el país.
Nacida en Santa Ana (sonríe de felicidad al recordar que «El Rey de Copas» por fin rompió su sequía de títulos), Lorena es una mujer que ha comenzado a abrirse paso en la política salvadoreña, luego de haber logrado ubicar su nombre en el mapa deportivo de El Salvador y Centroamérica a través del fisicoculturismo, una disciplina en la que ha ganado trofeos y medallas que son el fruto de su disciplina.
Administradora de Empresas de profesión, esposa y madre de dos hijos, Lorena vive una de las mejores etapas de su vida. Asegura tiene toda la fuerza y energía para promover cambios notables en cuanto a la participación femenina en El Salvador. Además, asegura, quiere inspirar a cada mujer a d emostrar que dentro de ellas habita una fuerza imparable que puede contribuir a formar un mejor país.
¿Quién es Lorena Fuentes?
Lorena Fuentes es una mujer soñadora, luchadora, que no se da por vencida. Soy de profesión Administradora de Empresas. Soy esposa y madre de dos hijos: mi hijo mayor tiene 15 años y la menor, mi nena, tiene 10. Soy una mujer atrevida, que me gustan los retos, que me gusta superarme cada día más. En eso encierro mi vida: nunca dejar de creer en quién realmente soy y en quién quiero convertirme.
Tiene experiencia como deportista profesional, específicamente como fisicoculturista. ¿Cómo fue esa experiencia?
Fue una experiencia muy bonita, algo que ha marcado mi vida porque nunca había podido practicar un deporte a nivel profesional, pero, debido a diferentes situaciones, tomé la decisión de iniciar la práctica de un deporte de manera profesional.
Una de ellas era la inconformidad que yo tenía al verme al espejo después de ser madre. Quedé con unas libras de más y no me sentía bien conmigo misma y tuve que tomar la decisión de iniciar la práctica de un deporte con una disciplina formal. Ahí descubrí lo maravilloso que es el deporte, sobre todo, este deporte (el fisiculturismo).
Nosotros lo llamamos «El deporte 24/7» porque desde que uno despierta hasta la hora de descanso deben ser controladas. Me fui enamorando y descubriendo que tenía el potencial para cumplir con la disciplina. Me encantaron los resultados, el poder verme al espejo y estar feliz con quien yo era.
Eso fue lo que me motivó, el sentirme bien conmigo misma, el de ver al espejo y estar orgullosa conmigo misma. Muchas mujeres pasamos por este sentimiento después de ser madres, el cuerpo cambia y no nos sentimos conformes con quienes somos. Pero podemos lograrlo, podemos llegar a ser quienes queremos ser con un poco de esfuerzo.
En esta etapa como deportista, ¿compitió en algún certamen?
Le voy a comentar un poco esa experiencia. Tuve a mi última bebé a mis 25 años de edad. Fue cesárea y la recuperación me costó mucho, además de que, durante el embarazo, aumente mi peso. Comencé a ir al gimnasio, a regular mi alimentación y vi que mi cuerpo comenzaba a cambiar rápido.
Sin embargo, yo quedé con trauma de ponerme traje de baño al ir a la playa. Era un bloqueo mental y me dije que tenía que participar en algo y romper el bloqueo que tenía. Si lo hacía frente a un público, yo iba a poder romper ese bloqueo mental. Fue así que decidí hacerlo diciéndome a mí misma que sería solo una vez. Mi sorpresa fue que, en mi primera competencia, gané el primer lugar.
¿Cuál fue esa competencia?
Fue un 29 de mayo de 2016. Era un Campeonato Nacional de Físico y Fitness. Yo competí en la categoría de Body Fitness. Logré bajar alrededor de 35 libras y logré bajar el porcentaje de grasa, que es lo que define en este deporte. Gané el primer lugar. Fue una experiencia increíble. Yo iba más que por un trofeo. Mi triunfo era llegar a la tarima. Pero, gané la competencia y, los que resultaban ganadores, eran elegidos para representar a El Salvador en un campeonato centroamericano. Fue así como, un mes después, pude participar en el certamen centroamericano, que se desarrolló en nuestro país, y ahí quedé en cuarto lugar.
Ahora ha asumido un nuevo reto más: la política. ¿Qué la motivó a iniciar este nuevo camino personal?
Las mujeres que estaban en la anterior Asamblea Legislativa no me representaban, ni a mí ni a ninguna mujer en El Salvador. No representaban el sentimiento de una mujer guerrera, luchadora, justa. Vimos actuaciones de las pasadas diputadas que estuvieron lejos de representarnos y nos avergonzaban sus actitudes. En mi mente pasaba el deseo de intentarlo, de ser la representante de muchas mujeres. Lo hablaba en mi entorno, con mis amigas, y coincidíamos en que no nos sentíamos representadas en la Asamblea Legislativas.
Además, me enamoré del proyecto, me enamoré de la visión de un nuevo país que es transmitida por nuestro presidente, Nayib Bukele. Así fue como fui adentrándome en el proyecto de la política. Nunca se me cruzó por la mente. Fue todo obra de Dios, quien ha ido abriéndome puertas en el camino.
¿Qué obstáculos ha enfrentado en sus inicios dentro de la política en El Salvador?
Hay muchos obstáculos, especialmente en cuanto a la imagen. No sé por qué, en nuestro país se cree que una mujer que usa tacones y que está bien arreglada, carece de inteligencia. Esa es una de las cosas con las que he tenido que lidiar. Muchas veces se dejan guiar por la apariencia, mas no por el intelecto.
Este es un mundo lleno de hombres machistas y dominantes. Muchos de ellos no les gusta ver mujeres que destaquen en un ámbito que, por muchos años, ha sido para hombres. Lo puedo trasladar al deporte. El deporte que yo he practicado es uno en el que la participación femenina ha sido un poco menor. Pero, en los últimos años, hemos tenido la oportunidad de poder participar.
Ambas experiencias han forjado su carácter. ¿Qué características ha tenido que desarrollar para abrirse espacio en ambos campos?
He fortalecido mi carácter. Siempre he sido un poco más dulce, pero he tenido que fortalecerme. He tenido que fortalecerme en mis cualidades y poner un alto a varias situaciones que no hubiera podido ser posible de poder hacer sin el carácter que he aprendido a forjar en la política y en el deporte.
El deporte es una actividad que enseña muchos valores. ¿Le ha servido su experiencia como deportista en su nueva etapa en la política?
¡Claro que sí! En todas las etapas de la vida lo primero es la disciplina. Uno comienza con una motivación, pero muchas veces esa motivación desaparece y es ahí donde entra el rol de la disciplina, el saber que hay que cumplir con un deber, independientemente cómo uno se sienta. En la política también se aplica la disciplina, porque uno tiene un deber que debe cumplir: el de estar ahí y responder a las necesidades del pueblo, independientemente del estado de ánimo.
Ahora que está en la política, ¿cuáles son sus metas a cumplir?
Quiero servir de inspiración para muchas mujeres que aún tienen esa duda, que aún no se sienten capaces. Quiero decirles que sí podemos hacerlo, que somos capaces, que realmente las mujeres tenemos esa fuerza interior para lograr lo que queremos lograr. Me gustaría poder abrir más espacios para las mujeres.
Nuestro país es uno en el que el machismo ha prevalecido por mucho tiempo y, muchas veces, somos las mujeres mismas las que decimos que no podemos, que no lo vamos a lograr y nos dejamos opacar por sentimientos negativos. Pero hay que intentarlo, hay que salir y hacerlo. Ese es uno de mis retos: propiciar espacios en política para las mujeres.
Desde su experiencia, ¿cree que es posible para una mujer en El Salvador manejar su vida profesional y su vida familiar al mismo tiempo?
Todo está en saberse organizar y en tener claro las metas y objetivos que uno quiere lograr y, claro, esforzarse todos los días por lograrlo. Hoy en día, la tecnología ayuda mucho en este aspecto. Yo estoy en la Asamblea Legislativa, pero siempre estoy pendiente de mis hijos, hago una videollamada en ratitos que tengo libre, así no pierdo el vínculo con ellos y no me descuido de mis labores legislativas.
En su experiencia, ¿ha sido complicado ser diputada y, al mismo tiempo, ser esposa y madre de familia?
Tengo un esposo que es un ángel. Es quien me levanta cuando me caigo, quien me apoya siempre. Eso creo que ha sido parte fundamental para los logros que he obtenido. Mis hijos están ahí todo el tiempo, aunque es complicado. Muchas veces me restrinjo el trabajo de territorio el día domingo, para dedicarles ese día a mis hijos y a mi familia. Mi hijo tiene 15 años. Vive una etapa en la que debo estar cerca de él y, gracias a Dios, lo he logrado. Creo que, más que su mamá, soy su amiga. Me gustaría dejar un mensaje claro a todas las mujeres: el ámbito familiar no debe chocar con el profesional. Ambas cosas pueden manejarse.
Mis padres y mi hermana también han sido un apoyo fuerte para mí. Mi madre, cuando tenía tres meses, sufrió poliomielitis. La mitad de su cuerpo está paralizado. Sin embargo, desde pequeña, yo pude ver fortaleza en ella. El ejemplo de ella me ha motivado a mí a ser una mujer guerrera. Fui testigo de lo que le costó graduarse de la universidad porque, al igual que yo se graduó siendo madre. Su ejemplo me ha motivado. Mi padre también ha sido un hombre trabajador que nos enseñó el principio de luchar por lo que queremos.
¿Qué mensaje le gustaría dejar a las mujeres salvadoreñas?
El interior de la mujer es una fuerza increíble que mueve el mundo, somos las dadoras de vida, tenemos muchos dones y la capacidad para desenvolvernos en muchos roles y que podemos lograrlos. Que nunca dejen de creer en sí mismas, que nunca menosprecien sus capacidades y que, de verdad, todos los días se esmeren todos los días en ser mejores. Habrá días en que tendremos toda la motivación, pero, para esos días en que falte la motivación está la disciplina.