El presidente Nayib Bukele anunció el 15 de septiembre la construcción de un nuevo hospital para la zona norte de San Salvador, que estará ubicado en Nejapa, además del relanzamiento del hospital Rosales. Junto con esto se han desarrollado una serie de inversiones durante los últimos meses a pesar de la pandemia de la COVID-19.
Cuando el coronavirus se esparció por todo el globo, no hubo un solo país que estuviera preparado. Fue así que vimos cómo los sistemas de salud de países del primer mundo colapsaron con la multiplicación de los casos. En El Salvador, además de combatir a la COVID-19, el Gobierno enfrentó el bloqueo de ARENA-FMLN desde la Asamblea Legislativa primero y desde la Corte Suprema de Justicia después.
Sin embargo, a pesar de los obstáculos, en el país el sistema de salud no colapsó sino que mejoró. Es más, se construyó un centro de atención especializado en la COVID-19, lo que le dio al país el reconocimiento internacional. Hoy, el Hospital El Salvador ha sido el lugar donde se ha salvado la vida de millares de ciudadanos. También, el megacentro de vacunación anexo ha sido uno de los grandes motores para acelerar el proceso de inmunización y llevar al país a tener al 60 % de la población con las dos dosis, un porcentaje que aumenta al 73 % si se toma en cuenta solo a la población que ha recibido al menos una dosis.
Esta apuesta por la salud de los ciudadanos involucró negociaciones con varios laboratorios farmacéuticos para gestionar la venta de vacunas, incluso antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) las aprobara, como previsión para evitar las compras a última hora. Por esta razón, el país ha recibido en su territorio más de 11.8 millones de dosis y lidera en la región la tasa de inmunización.
Las naciones vecinas han enfrentado graves problemas en el suministro de vacunas por haber negociado mal o depender de un solo proveedor, en tanto que El Salvador cuenta con medicamentos de cuatro laboratorios diferentes, además de haber sido favorecido por el mecanismo COVAX de las Naciones Unidas, gracias a tener la infraestructura necesaria de ultrafrío para mantener cierto tipo de vacunas.
La vida de los ciudadanos, de este modo, adquiere la importancia que amerita, a diferencia de los gobiernos pasados que como macabro legado heredaron una red hospitalaria en pésimas condiciones y con serias deficiencias para abastecer medicinas en los hospitales.