El criminólogo Ricardo Sosa explicó este martes que actualmente existe una generación de pandilleros que han preferido no tatuarse ni usar ropa floja para no ser identificados por las autoridades, en relación a que en los últimos años el estereotipo de la imagen del marero que comúnmente se conoce ha cambiado.
«La generación actual de la pandilla, que es la cuarta generación, no necesariamente tiene un tatuaje, no necesariamente tiene el perfil que hemos estado acostumbrados a observar del estereotipo de un pandillero», expresó este martes Sosa en la entrevista de Dialogo de Canal 21.
El experto en temas de seguridad ciudadana insistió en que «Si usted todavía piensa que el pandillero tiene que tener tatuajes y estar mostrando sus partes nobles a través de ropa floja, o cadenas gruesas es porque se ha quedado en la generación dos y tres [de las maras]».
Sosa explicó que tanto las pandillas como el crimen organizado mutan su imagen y su forma de operar, pues buscan despistar que no son delincuentes; los criminales que no pueden hacerse estos cambios prefieren buscar los servicios de ciudadanos profesionales para que les sirvan de colaboradores. Otros bajo amenazas obligan a personas a que les hagan mandados o les trasladen ilícitos.
Lo expuesto por Sosa coincide con las recientes capturas de dos cabecillas de pandilla efectuadas en las últimas 72 horas en Soyapango y Santa Ana en las que a simple vista no se les observaban tatuajes alusivos a las maras.