La Asamblea Legislativa, con los votos de Nuevas Ideas, aprobó este miércoles el presupuesto general de la nación para 2024. La Constitución de la República establece como límite el último día del año para hacerlo, lo que podría considerarse un detalle menor, pero que, al valorar las consecuencias de no hacerlo en tiempo, es razón más que suficiente para aplaudir que el país tiene un Órgano Legislativo responsable.
En el pasado, durante las administraciones de ARENA-FMLN, las tranzas entre las diferentes facciones de este cogobierno obligaban a llevar a cabo una serie de cesiones con base en las negociaciones e intereses de cada bando. Debido a que las instituciones de Estado eran parte de un botín, el cual era repartido entre los socios, cada uno buscaba una mayor parte de la tajada del presupuesto.
Y esas eran las pláticas entre los políticos: «Si a mi institución le daban un par de millones más, yo podría considerar mis votos para aumentarle a Salud o a Educación», y cosas por el estilo. Cuando se acercaba la campaña electoral, el tono y las demandas variaban, porque muchos alcaldes metían presión a «sus diputados» para que redirigieran fondos del Gobierno Central hacia sus comunidades, las cuales solo existían para cosechar votos.
Todo eso sucedía porque, a pesar de que fondos del Gobierno eran enviados mes a mes a través del Fodes, eran desviados ya sea para financiar al partido y a sus activistas o para provecho personal de los funcionarios locales, que se asignaban salarios exorbitantes sin importarles la pobreza de sus gobernados.
Cuando no había acuerdos, entonces no había votos. Y el presupuesto se congelaba. No había nuevas inversiones y se repetían las mismas partidas presupuestarias del ejercicio fiscal anterior.
Esa es una de las ventajas de aprobar en tiempo el presupuesto. El Gobierno tiene los fondos claros y suficientes para hacer frente a sus obligaciones con los empleados públicos, pero también para financiar proyectos de desarrollo nacional, como lo ha hecho desde sus inicios el presidente Nayib Bukele.
La eficiencia en la administración pública se ve reforzada con un Órgano Legislativo que trabaja en coordinación con el Ejecutivo para sumar, no para entorpecer o atacar al Ejecutivo. Esto es clave para tomar en cuenta en las próximas elecciones, pues, en la medida que la Asamblea Legislativa trabaje de la mano con el presidente Bukele así dará los excelentes resultados obtenidos, como, por ejemplo, el régimen de excepción, que tanta tranquilidad y paz ha traído a El Salvador.