Este martes, el presidente Nayib Bukele inauguró seis nuevos centros urbanos de bienestar y oportunidades (CUBO): dos de ellos de manera presencial, en el reparto Santa Lucía (Mejicanos) y en la colonia San José II (Soyapango), y cuatro de manera virtual en la colonia Valle Verde (Apopa), en San Luis Talpa (La Paz), Panchimalco (San Salvador) y El Tamarindo (La Unión).
Con estos son 12 los CUBO que están a disposición de los jóvenes para acercar oportunidades laborales, artes, deportes, sano esparcimiento y cultura. El proyecto tiene el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y de la Unión Europea (UE).
Representantes de Acnur y de la UE acompañaron al presidente Bukele en las inauguraciones, donde conocieron los diferentes programas que están a disposición de los jóvenes, desde lectura hasta videojuegos y acceso a internet, así como un estudio de grabación, como el dedicado en el reparto Santa Lucía a Luigui Doze, el joven que fue asesinado por pandilleros antes de la entrada en vigor del régimen de excepción, una medida que sí ha logrado evitar la muerte de cientos de adolescentes desde el inicio de su implementación, en marzo del año pasado.
Gracias a medidas de reconstrucción del tejido social, como los CUBO, y la persecución del delito, a través de la Policía y la Fuerza Armada, el Gobierno del presidente Bukele ha logrado transformar a El Salvador del país con más homicidios del mundo a la nación más segura del continente americano.
Gracias a la millonaria inversión para la construcción de los CUBO, el Gobierno del presidente Bukele se ha convertido en la administración que más fondos ha orientado a la juventud.
Al contrario, en la época de la alianza ARENA-FMLN, Mejicanos y Soyapango eran municipios marcados por la violencia y la muerte, como la masacre perpetrada hace 10 años por pandilleros precisamente en el reparto Santa Lucía, de Mejicanos, en donde los terroristas acribillaron un microbús del transporte público de pasajeros y luego le prendieron fuego a la unidad.
El martes por la tarde, en cambio, miles de ciudadanos hicieron largas filas desde muy temprano para estar cerca del presidente Bukele, a quien le agradecían, a través de pancartas o a viva voz, por la tranquilidad y la seguridad sin precedentes que han traído el Plan Control Territorial y el régimen de excepción.
Ya inició el camino para corregir las causas estructurales que generaron la delincuencia y la violencia, para que nunca vuelva a pasar. «Tenemos que arreglar nuestro país y, con la ayuda de Dios, lo vamos a lograr», exhortó el presidente. Y los ciudadanos están dispuestos a acompañarlo.