L os partidos políticos de oposición no logran consolidar una candidatura presidencial única para competir en los comicios del 4 de febrero de 2024 debido al escaso respaldo popular que tienen, los problemas internos que arrastran, los intereses económicos que representan y el lastre de la corrupción durante sus gobiernos, consideraron los analistas y sociólogos René Martínez y Mauricio Rodríguez.
«La tormenta que tienen por la corrupción no les permitirá lograr ese objetivo. Están hablando distinto idioma. ARENA y el FMLN tienen problemas internos e intereses económicos [particulares]», afirmó Rodríguez, quien comparó a la oposición política salvadoreña con la historia bíblica de la torre de Babel, en el sentido de que la oposición ni siquiera logra entenderse y ponerse de acuerdo de cara a los próximos comicios.
Dicha confusión se manifiesta, según Rodríguez, al querer construir el escenario que les permita, con el apoyo de organizaciones sociales, llevar una fórmula presidencial de unidad, como la de 1972, cuando se conformó la Unión Nacional Opositora (UNO).
Esa coalición opositora fue integrada por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) y la Unión Democrática Nacionalista (UDN) para postular a José Napoleón Duarte como su candidato presidencial para enfrentar al coronel Arturo Armando Molina, candidato del Partido de Conciliación Nacional (PCN).
Martínez, por su parte, advirtió que el fracaso de la oposición política para el próximo año deviene del «escasísimo apoyo que tiene de la población y porque tampoco tiene un líder con el carisma suficientemente amplio como para convencer a los ciudadanos de que voten por ella el próximo año».
De cara a esas elecciones, los movimientos opositores Sumar por El Salvador, Resistencia Ciudadana y Sectores Sociales Organizados presentaron, por separado, sus candidatos presidenciales. Sumar logró que su fórmula, Luis Parada y Celia Medrano, se inscribiera en Nuestro Tiempo.
Sumar presiona actualmente para que la candidatura presidencial del binomio Luis Parada (un exaspirante a la presidencia de la república por el partido ARENA en 2019) y Celia Medrano (exfuncionaria del FMLN y activista de izquierda y de derechos humanos) sea respaldada por las diferentes organizaciones de la sociedad civil.
Sin embargo, el movimiento Resistencia Ciudadana —donde destacan las voces opositoras de Rubén Zamora, Rónal Umaña y Miguel Fortín Magaña— ha hecho público su rechazo del binomio Parada-Medrano que impulsa Sumar. «Aclaramos que la fórmula publicitada no es producto del consenso, sino una propuesta de un colectivo de la sociedad civil que no nos representa», informó recientemente en un comunicado.
En concordancia con esta postura, la Alianza Nacional El Salvador en Paz también retiró su apoyo y argumentó que la fórmula Parada-Medrano no es representativa. «Nosotros no vamos a respaldar una candidatura que no sea venida del consenso de la sociedad civil», dijo su coordinador, Santos Melara, un exdiputado efemelenista.
Resistencia Ciudadana, que anteriormente fue parte de Sumar, pero se distanció después de la imposición de la candidatura de Parada y Medrano, presentó como su presidenciable a Joel Sánchez, pero luego se lo arrebató ARENA y lo hizo su candidato para 2024. El domingo pasado, Joel fue votado por los afiliados del tricolor y el lunes fue ratificado como el candidato presidencial. También Hilcia Bonilla fue ratificada como la candidata a la vicepresidencia.
Sectores Sociales Organizados impulsó a Hardy García como candidata a la vicepresidencia de la república; sin embargo, posteriormente renunció por supuestas amenazas que no precisó en qué consistían. El FMLN tiene como candidatos a Manuel Flores para la presidencia y a Wárner Marroquín para la vicepresidencia. El candidato presidencial de Nuevas Ideas es Nayib Bukele, actual presidente de la república; su compañero de fórmula es Félix Ulloa, actual vicemandatario.
Según Martínez, las fórmulas presidenciales de la oposición política difícilmente ganarán las elecciones por la limitada intención de voto y la preferencia ciudadana, que proyectan las encuestas. «Tienen escasísimo apoyo de la población, lo que hace que tengan serios problemas para definir una candidatura única presidencial», expresó el analista.