Estimado presidente de El Salvador, señor Nayib Bukele:
Hoy entiendo que lo que usted busca es la soberanía y paz para su país, una nación que ha sido golpeada por el hampa y el narcotráfico a lo largo de los últimos 40 años, que tiene recursos y valiosos 307 kilómetros de costa; rica hasta decir basta.
Desde Costa Rica, su hermana república y que tanto cariño les guardamos a nuestros hermanos salvadoreños, por mi parte estoy impresionado con la decisión de hacer el bitcóin una moneda de curso legal. Un hito y una muestra de soberanía.
El dólar y su cruel historia contemporánea
Fue en el mandato de Nixon cuando de manera unilateral se terminó con el patrón oro para pasar a un sistema fiduciario, el cual es un sistema que se basa en la confianza en la moneda, es decir, que no se respalda por metales preciosos, salvo una promesa de pago por parte de la entidad emisora, lo cual derivó en una relación directa con la producción de petróleo.
Fue entonces cuando las naciones de Oriente Medio y sus homólogos petroleros iban poco a poco perdiendo su soberanía. Cuando un país decidía aumentar o disminuir la producción del oro negro, no podría hacerlo sin un permiso especial. Se acordó que, para cualquier país que quisiera comprar petróleo o sus derivados, debía primero comprar dólares, para posteriormente comprar petróleo, lo cual crearía una demanda (un tanto inorgánica) por el dólar. De esta manera, el dólar se convirtió en moneda de referencia mundial.
Así comenzaron las mayores atrocidades en Oriente Medio. Cuando un país no se ajustaba a la producción del mercado, o en su defecto cuando un país quería vender el hidrocarburo en otra moneda, se iba a ver sometido a una serie de calamidades. Podemos recordar el caso de Libia, un país que con el mandatario Muammar Gaddafi quiso crear otra moneda de referencia y empezar a transar el petróleo en dinars; en ese mismo momento se puso la lápida en su tumba.
Historias como las del mandatario de Libia se repiten una y otra vez. Parece ser una historia de nunca terminar.
La centralización, un problema global
La centralización y el control monetario por parte de una sola nación, peor aún, la centralización en un sistema privado puede ser lo más dañino para los intereses globales. Hoy en día, la política económica global tiene todo su peso sobre la Reserva Federal (Fed), la cual es una organización privada y perteneciente a una élite bancaria; es quien dicta la política monetaria a escala global.
Ahora, veamos cómo la centralización en el Poder Judicial de las distintas naciones crea, más que un sistema justo y en pro del país, se convierte en una red de cuido para los delincuentes de cuello blanco. Algo que usted atacó de raíz en su mandato y le ha costado el calificativo de «dictador». Nada más alejado de la realidad.
Bitcóin y su tecnología disruptiva
El bitcóin es, sin duda, un regalo a la humanidad, ya que su naturaleza descentralizada devuelve el sentido democrático al dinero. Esta tecnología basada en la cadena de bloques se dice que fue creada por Satoshi Nakamoto, pero, más allá de eso, no importa quién lo haya creado, porque su creador no tiene ninguna injerencia en su funcionamiento, ni en su valor.
Podríamos hablar de sus características como red para almacenar datos; la red más segura del mundo. También podríamos hablar de manera técnica y mencionar cientos de calificativos que lo hacen el dinero de escogencia para todo aquel que quiera preservar su patrimonio.
Pero la característica más valiosa es su tangibilidad. Ahora El Salvador sabe que su patrimonio no será bloqueado por bancos internacionales; aun si los grandes poderes económicos no están de acuerdo con sus políticas, jamás podrán congelar ese patrimonio.
Eso, hermanos salvadoreños, se llama soberanía económica.