El presidente de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro, aseguró en las últimas horas que el partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) fue «absorbido» por aquello que censuró siempre por considerarlo injusto para las mayorías.
«El FMLN no solo traicionó al pueblo, no solo no tuvo las agallas para enfrentar al sistema dominante, sino que fue absorbido por aquello que criticó siempre, por aquello que, desde la narrativa de la izquierda, era injusto para las mayorías», escribió Castro en Twitter.
Castro, diputado de Nuevas Ideas, salió así al paso de las declaraciones del dirigente, exdiputado y exalcalde del FMLN Carlos Ruiz, quien lamentó que, por temor a los grupos dominantes del país, no impulsaron reformas previsionales a favor de la clase trabajadora cuando tuvieron el Ejecutivo por 10 años continuos.
El FMLN gobernó con Mauricio Funes (2009-2014) y Salvador Sánchez Cerén (2014-2019), ambos prófugos de la justicia y con nacionalidad nicaragüense; sin embargo, en sus administraciones el tema previsional no se tocó a fondo a pesar de haber sido promesa de campaña. «Le tuvimos miedo al enfrentamiento con las clases dominantes.
El pueblo castigó [al FMLN] con razón. Hubo cosas que quisimos cambiar. La reforma al sistema de pensiones fue ir para atrás, y esos son los costos que ahora estamos pagando», reconoció Ruiz. «Debimos nacionalizar las pensiones, pero hacerlo de forma rigurosa, con todo eso, luchar contra la corrupción. ¿Lo hicimos? No, les tuvimos miedo a los grupos dominantes», fue otra valoración del efemelenista.
Castro, por su parte, le expresó a Ruiz que ahora ya no hay tiempo para estarse lamentando. «Ahora ya es demasiado tarde», cerró su mensaje en la red social el presidente del parlamento y diputado de la bancada cian por el departamento de San Salvador.
El Gobierno de Sánchez Cerén, tras largas negociaciones con las fuerzas políticas en el congreso, promovió en 2017 una reforma el Sistema de Ahorro de Pensiones; sin embargo, esta no fue una solución real a las exigencias de la clase trabajadora, que reclamaba mejores cuotas para tener un retiro digno.
Las enmiendas crearon una cuenta compartida que autorizaba el retiro del 25 % de los fondos ahorrados por cada cotizante.