El Salvador contó con uno de los socorristas que dio mucho por la comunidad cuando en situación de emergencia necesitaron de ayuda. Se trata de José Ernesto Ramos Sibrián, cariñosamente llamado por sus compañeros de Comando de Salvamento como «Don Ramos», quien perdió la vida por causas naturales la madrugada de este 23 de diciembre.
La humildad, sencillez y espíritu de servicio distinguieron la personalidad de Ramos quien siempre atendió a los periodistas cada vez que se le consultaba sobre hechos que marcaron la historia nacional como cuando fue enviado a la zona de la colonia Santa Marta, sur de San Salvador, en busca de sobrevivientes tras el terremoto del 10 de octubre de 1986.
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En esa ocasión, «Don Ramos» encabezó los equipos de rescate junto a un equipo de diez personas para auxiliar a las víctimas y recuperar los cuerpos de entre los escombros, esos momentos siempre quedaron en la memoria del socorrista que vivió 70 años.
«Nos enfocábamos en entregar los cuerpos a los familiares, de una vez nos daban las gracias por el trabajo que hacíamos. En el último caso tuvimos que bajar hasta 15 metros en una quebrada para encontrar el cadáver, fue el de una señora. Su esposo trabajó junto con nosotros día y noche hasta que logramos extraerlo, fue sepultada por una gran roca que entre varias personas tuvimos que mover, no fue nada fácil», recordó Ramos al ser abordado por periodistas en 2019 cuando se cumplían 33 años del terremoto del 10 de octubre.
«Fue dramático ver aquellos cuadros, ver cómo las personas murieron. Tuvimos ayuda de varias partes del mundo para buscar más cadáveres, pero fue imposible, trajeron hasta perros y venían personas expertas de otros países para ayudarnos», detalló en esa ocasión.
La mañana de este miércoles, la dirección de Comandos informó sobre la muerte de uno de sus «hijos», uno de los más respetados, queridos y admirados por las nuevas generaciones de socorristas: Don Ramos.
La institución destacó de él, los 45 años de servicio ininterrumpido y sus significativos aportes en favor de la seguridad y bienestar de los salvadoreños en múltiples circunstancias, quien por su trabajo fue considerado «maestro de generaciones de guardavidas y socorristas».


