En la apertura, el jefe de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Simon Stiell, urgió al mundo a promover el «declive definitivo de la era fósil».
Poco antes, el presidente de la COP28, el emiratí Sultan Ahmed Al Jaber, requirió que se mencione «el papel de los combustibles fósiles» en el acuerdo final.
El presidente de la anterior COP, el canciller egipcio Sameh Shukri, pidió un minuto de silencio por «todos los civiles fallecidos en el actual conflicto de Gaza».
La cooperación entre naciones será puesta a prueba en esta COP28 que anunció cerca de 97.000 inscritos, más del doble que la anterior cita.
Además de las discusiones en torno a temas como las finanzas del clima, o los compromisos de cada país para luchar contra las emisiones de gases de efecto invernadero, planean sobre esta cita el conflicto entre Israel y Hamás y la guerra en Ucrania.
La COP28 se celebra a lo largo de 13 días en el enorme parque de exposiciones emiratí, la séptima potencia petrolera mundial, lo que ha provocado fuertes críticas de organizaciones ecologistas y observadores.
A la cita deberían acudir entre otros el rey Carlos III, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el colombiano Gustavo Petro o el español Pedro Sánchez.
En cambio, el papa Francisco tuvo que anular finalmente su presencia por recomendación médica, a causa de una gripe.
Una vez adoptada la agenda de la conferencia, Dubái acogerá durante dos días, el viernes y sábado, a más de 140 líderes mundiales.
El presidente israelí, Isaac Herzog, y el jefe de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, confirmaron su presencia.
Y también debería pronunciarse ante esta cumbre climática el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, mientras que el presidente ruso Vladimir Putin estará ausente, aunque su país se muestra activo en las tensiones que rodean la cita.