Es interesante ver que los responsables de elaborar las preguntas que se utilizan en las encuestas del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop, de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, UCA) tratan de influir en las respuestas de los ciudadanos y que, a pesar de todo, la realidad es tan poderosa que no la pueden contener.
Los salvadoreños, de forma mayoritaria y contundente, están de acuerdo con que el presidente Nayib Bukele se haya postulado como candidato para un segundo período, porque saben que continuará con su actual trabajo, lo hará crecer y se desarrollará aún más.
Con la guerra a las pandillas demostró que la vida de los ciudadanos es la principal preocupación de su Gobierno. El combate frontal, valiente y decidido a las organizaciones terroristas permitió que El Salvador conociera una paz como nunca. Con ello ha venido el florecimiento de la economía, el impulso del turismo y, sobre todo, una mejor calidad de vida para todos.
Al ser así las cosas, no es de extrañar que al pueblo le interese que un gobernante así continúe en el ejercicio del poder. Y, para recalcarlo, nuevamente la UCA trae datos muy interesantes.
Ningún adversario político del presidente Bukele puede decir que la UCA sea favorable al Gobierno, sino que, al contrario, forma parte del andamiaje de la oposición al presidente Bukele.
Así que, aunque trate de dirigir las respuestas de los salvadoreños, lo cierto es que el pueblo está a favor de la reelección del presidente Bukele y en contra de la vieja clase política. El último sondeo de opinión divulgado esta semana por la UCA revela que el 63.78 % de la población afirma que nunca votaría por los partidos políticos ARENA y el FMLN.
En febrero del próximo año, por lo tanto, asistiremos a un fenómeno político muy importante, un paso más en el proceso de evolución histórica del sistema de partidos políticos salvadoreños. Los ciudadanos podrán elegir, entre seis candidatos, al próximo presidente; es decir, una contienda plural y democrática.
Sin embargo, los partidos que cogobernaron en los últimos 30 años, ARENA y FMLN, darán un paso más para convertirse en expresiones marginales de la sociedad. Sencillamente, sus maquinarias electorales se consumieron por el peso de la corrupción y de las negociaciones descaradas, y ahora
El Salvador ha encontrado en el presidente Bukele y en Nuevas Ideas referentes políticos que, además, han demostrado efectividad en el manejo de la cosa pública, transparencia y decisión.